Dolor

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Al día siguiente yo y mi hermano recibimos una carta cada uno, Makoto recibió una por parte del patrón, dijo que lo necesitaba en la sede.
Mientras que yo recibí un llamado de Shinobu, decía que necesitaba hacer algo.
Yo me dirijí a la finca mariposa en dónde Shinobu se encontraba esperándome en la entrada.

— ¡Shinobu!.

— Que bueno que llegarás.

— Decidí venir pues jamás me mandas una carta.

— Es un anuncio urgente. Que no se puede decir por una carta.

— ¿De que se trata?.

— Entra por favor. Iremos a mi despacho.

Ella me invitó a pasar. Caminamos al interior de la finca y llegamos al despacho después unos largos minutos de silencio.
Cerrando la puerta con calma, me pidió que me sentará en el banco de madera que tenía.

— Como sabrás, te he estado enseñando todo lo que se que este tiempo. Se que es muy rápido todo esto pero necesito que estés preparado.

— ¿Te refieres a la batalla?. Estaré bien, siempre y cuando me mantenga escondido.

— No es eso....Shinobu dudaba mucho y era extraño — se que casi estás preparado, al menos con lo básico y has puesto todo tu empeño en todo.
Pero no sabemos cuándo vayan a dar el primer golpe o nosotros a ellos.

— El patrón lo tiene controlado. Se que  estaremos bien.

— El no siempre estará aquí.

¿Que dices?. La última vez que lo ví, estaba bien.

— No es fácil de decir, pero la enfermedad del patrón a avanzado rápidamente cubriendo su cuerpo por completo.

No sabía que decir, fui tan descuidado que ni siquiera supe en que momento deje de pensar. La sorpresa era enorme, pero las palabras que quería decir nunca salieron de mi boca.

Es difícil para el moverse ahora y por eso los demás pilares no hemos sido citados a la sede para evitar algún problema con el patrón.
No quiere que lo veamos.

— Creo que se preocupa por ustedes.

— Así es. Y quiere dejar la misión en nuestras manos. Necesitamos que el de la señal para atacar a Muzan.

— Estás muy impaciente Shinobuella me miro con detenimiento— debemos esperar. Se que quieres terminar con esto ya, pero no recurras al pánico.

— Lo siento Akemi — ella se giró, dándome la espalda — quiero estar un momento a solas ¿Puedes?.

Ascentí, levantándome de mi asiento para abandonar la habítacion. El estar ahí me era un poco incómodo y debía darle su espacio también.
Empezar a buscar algo para distraerme no fue fácil. Pues desconocía que haría después, no podía dejar la finca o si no Shinobu iría por mi en persona.

Visitar el invernadero de Shinobu fue lo único que se me logro ocurrir. Las mariposas que revoloteaban cerca de ahí eran muy bonitas, le daba un toque de calma.
No había nadie al rededor, podía entrar.

Hasta que.....

— ¡¡¿Que estás haciendo?!!.

Era Aoi, me encontró.

— Lo siento, solo quería entrar a recojer algunas hierbas.

— No puedo dejar que cualquiera entre. Es muy especial para la maestra Shinobu.

— Entiendo, pero no es como si fuera la primera vez que estoy aquí.

— Eso no importa, debes de tener al menos algo de conciencia. Serás estudiante de la maestra Shinobu pero eso no significa que puedas entrar a todo sitio de aquí.

Olvidaba que Aoi era muy estricta.

— Tengo que hacer algo, por favor déjame entrar.

Ella me miro arqueando una ceja, parecía dudosa y con las cejas fruncidas pronunció...

— Está bien, puedes entrar. Pero iré contigo.

Ella se acercó sacando una llave de su bolsillo para abrir la puerta. Al entrar, Aoi tomo una canasta de la entrada y me la entregó.

— Toma, utiliza esta canasta para recojer lo que tengas que recojer. Solo no tardes.

— Si.

Sujete la canasta y me adentre entre los cultivos de plantas. Trataba de encontrar lo que fuese a necesitar, al menos lo que creían que era necesario. Tome las plantas más fuerte y salí con una sonrisa tratando de disimular.
Aoi salió junto conmigo y cerró la puerta.

— Nos vemos Akemi.

Se despidió y me dejó sólo. Busque si alguien venía para guardar las hierbas en un lugar casi inperseptible.
Despues salí de la finca, no sin antes dejar una nota para Shinobu.
Camine con rapidez a nuestra finca, dónde sabía que estaría bien que hiciera medicina sin que nadie se enterara.
Tiempo de terminar encerrado en mi pieza, escuché que mi hermano había llegado. Salí para saludarlo pero note que estaba un poco triste.

— ¿Que tienes hermano?.

El no podía hablar. Estaba estático.

— ¿Te duele algo? ¿Que te dijeron en al sede?.

— El patrón....

— ¿Que tiene?.

— El no se encuentra bien.

Trate de asimilar todo. Shinobu tenía razón después de todo, seguramente empeoró.

— Deja tus cosas y siéntate. Traeré un poco de agua.

Mi hermano camino cuidadosamente hacia la sala, dónde se quedo sentado sin hacer ni un ruido. Yo me dirijí a la cocina para buscará agua.
Al terminar, llene el baso de agua y lo lleve a Makoto.
Después me senté para escucharlo mejor.

— Toma el agua con cuidado.

El tomo un gran trago y después hablo con dificultad.

— Cuando llegue, una de las hijas del patrón me recibió; me guió hasta el interior de la sede.

— ¿Y que paso después?.

— Me lleve la sorpresa que la esposa del patrón estaba en su lugar. Para explicar el motivo de la carta.
Mientras que el patrón estaba detrás de una cortina, cubriéndolo por completo, pero sabía que estaba acostado y sin movimiento alguno. Solo su respiración se lograba escuchar.

— Lo siento hermano.

— ¿Que podemos hacer?. El morirá y no haremos nada.

Estaba muy desconsolado, el patrón es casi como un padre para nosotros.

— Las personas mueren siempre, no podemos hacer nada.

— Pero el nos ha ayudado a todo y se irá así como si nada.

— Sabes que esto pasaría. El patrón no ha a ayudado en todo pero la guerra está cerca y no podemos echarnos a llorar por eso.

También me siento triste. Pero no debo de llorar, al patrón jamás le gustaría eso y sobre todo debo de prepararme para el futuro tan incierto.
Makoto se encontraba cabizbajo y con lágrimas en los ojos, estaba muy dolido.

— Todo siempre tiene una solución.


El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora