Tiempo de hermanos

246 33 0
                                    

Pasaron los días y así regrese a casa después de un arduo trabajo en la finca mariposa. Mis conocimientos han estado ayudando a muchas personas, algunos días atrás llegaron cazadores mal heridos casi al borde de la muerte. Pero por suerte estaba yo junto a Shinobu para ayudarla.
Mi hermano llegó justamente cuando estaba en una intervención quirúrgica, a uno de los pacientes que llegaron. Shinobu propuso que había pasado lo más crítico y de si lo deseaba podía salir de ahí, pero me negué. Sabía que mi hermano esperaría el tiempo de que fuera.
Salí después de unas horas, con la bata ensangrentada y con las manos cansadas. Estar de pie por más de cuatro horas era cansado, debía sentarme aunque sea unos minutos. Al salir de la habitación, me encontré con mi hermano sentado en el suelo recargado en la pared con los ojos cerrados. Parecía cansado.

Me agache para estar más a su altura y le removí el cabello de su cara. Tenía ojeras, es obvio que no durmió en su misión.

- Hermano - le removía la ropa - Despierta.

El abrió sus ojos lentamente y un poco aturdido; busco con la mirada mi cara.

- Que bueno que despertaste.

- ¿Cómo te fue?.

- Acabo de terminar, si gustas podemos irnos a casa.

- No es necesario que vengas conmigo.

- Es necesario, MUY NECESARIO.

El sabía que estaba cansado, pero creo que irnos ambos sería lo mejor.

- Estoy cansado, quiero sentarme un momento así que será mejor que nos marcharnos antes de que me arrepienta de la idea.

- Esta bien.

Me cambié; dejé la bata que utilice, me despedí de las niñas y me fui junto con mi hermano. Ambos teníamos el rostro cansado y era normal.

- ¿Cómo estuvo la misión?.

- Algo complicada, pero nadie resulto herido.

- No me engañas. Supe que te enfrentaste a demonios, demaciados y por eso llegaban heridos los cazadores de bajo rango. ¿De verdad crees que no me iba a dar cuenta?.

- Es como si estuviera siendo regañado por mamá.

- Pues no haría falta un buen golpe de ella.

- Ya basta, deja de hacer berrinche. No me pasó nada te preocupas de más.

- Por lo menos no paso a mayores. No quiero que vuelvas a ocultarme algo así.

- Ni siquiera supe, de hecho el cuervo solo llego y me dijo que tenía una misión muy lejos de aquí.

- Lo pasaré está vez, hoy cocinare.

- ¿Pensé que lo haría yo?.

- Estás cansado y tienes sueño. Será mejor que duermas aunque sea unos minutos.

- ¿Y que me dices de ti?. Parece como si hubieras pasado semanas en vela.

- Fue mi primera operación, por más de tres horas. Es claro que me dolerían las piernas. Llegarás a casa y te darás un baño.

- Eso es lo que anhelaba desde hace un par de días.

- Se te cumplirá este día.

Al caminar un par de horas más, llegamos a la finca. Entramos y dejamos nuestras cosas en la puerta, recostandonos en el suelo de la entrada.

- Es bueno sentir el suelo de la finca.

- ¿Lo extrañaste?.

- Si, no sabes cómo dormíamos allá.

- ¿Déjame adivinar?. En el suelo de tierra arropados solamente con sus haoris.

- Lo adivinaste.

- Que doloroso.

- Pero es algo bueno para la espalda.

- Claro que no, estás demente - en esos instantes dónde estuvimos recostados, el hedor de mi hermano llegó - ve a bañarte de una buena vez.

- Ya te oí. Pero....sabe a gloria estar aquí.

- Iré a levantar las cosas.

- No te vayas, por favor.

- Así tendrás más motivo para levantarte.

Me acerque a las cosas que estaban en el suelo y las tomé para luego colocarlas en su lugar correspondiente. La espada de mi hermano la dejé en su habitación.
Después me dirijí a la cocina para preparar la cena, de ese día. Quizás hasta nos alcance para comer mañana en la mañana.
Al terminar la cena, decidí ir a descansar un poco, sentándose en la sala de estar para mirar el jardín de mamá. Prepáre algo de te para comer, pero decidí probar un poco antes. Era reconfortante saber que el jardín estaba igual a como lo dejo mi mamá.

El ver las flores, me recordó a mis abuelos. Sobre lo que dijo Douma ellos me vendieron para salvarse a si mismos.
Pero por alguna extraña razón ni me sienta enojado ni resentido por eso. Quizás solo estaban tratando de salvar sus vidas como egoístas pero somos seres humanos, no somos nada sin las mentiras.

El vivir un tiempo con los demonios me hizo entender el dolor que es trabajar para Muzan. Y las torturas que utilizaba.

Es ciertamente reconfortante saber que estoy en casa. Y se me ha dado una segunda oportunidad para regresar al camino correcto. El ayudar a las personas será mi mayor logro.

- Pensé que estabas en tu habitación.

Me gire para ver a mi hermano. Si que se tardó bastante.

- Y yo pensé que jamás saldrías del baño.

- Tu me dijiste que podía ducharme.

- Con ese tiempo te acabarás en agua del país.

Me agradaba molestarlo. Por sus reacciones.

- No vuelvo a tardarme nada.

- Yo solo lo decía para molestarte, no te lo tomes personal- el verlo enojado y con razones para molestarme el también me hizo recordar la cena - por cierto la cena ya está lista. Ve a lavarte las manos.

Sabía que pronto tendríamos que ir a una misión muy peligrosa, pero al menos tendríamos un ambiente más normal. El deborar la cena que prepare nos hizo sentir relajados.

- Hubiera deseado aprender a como cocinar.

- Mamá me enseñó.

- Pues, fue una buena maestra.

- Ni que lo digas.

Ambos suspiramos, debíamos irnos a descansar de una vez. Me sigo preguntado sobre la mujer sombra que no veo desde hace mucho tiempo, que más quisiera que me acompañará en el futuro. Pero creo que me hice muy dependiente de ella.

- Ya es hora de que te vayas a dormir.

- ¿Por qué?.

- Ya es tarde. Tu eres médico así que necesitas estar bien descansado.

- ¿Y tú?. Eres pilar, eres mucho más importante que yo.

El pensó en decir sus siguientes palabras, pero no supo que contestar.

- Bueno soy tu hermano mayor y te ordeno que te vayas a dormir.

- Bueno a eso sí que no puedo negarme. Tengo que obedecer.

Me levanté, despidiéndome de Makoto dandole las buenas noches. Camine hasta llegar a mi pieza, cerrando la puerta tras de mi y me fui a acostar.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora