"Las Vegas" Capítulo 5: Un Momento De Sinceridad

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Tomoyo escuchaba atentamente las palabras que decía Eriol...

Meiling me abrazo diciendo: No te preocupes ellos ahora están con mi abuelita y desde el cielo nos están cuidando, yo solo recuerdo que la abrace muy fuerte y a los segundos escucho que Li sonriendo me dice: Eriol tú eres mi Hermano así que quédate conmigo aquí.

– En serio los primos Li te dijeron eso –comento Tomoyo.

– Claro que me lo dijeron querida, sus palabras fueron muy sinceras y atinadas en ese momento –sonríe moviendo su cabeza– bueno y desde ese tiempo que hemos sido los mejores amigos, nos cuidamos, nos respetamos aunque –riéndose– con Shaoran es un poco difícil.

– Si es cierto –dice la joven riendo– Lamento mucho hacerte acordar lo sucedido con tus padres Eriol.

– No te preocupes Tomoyo la verdad es que ya no me duele, por que prácticamente –moviendo la cabeza– no los recuerdo muy bien, desde ese día que pertenezco a la Familia Li, al no tener yo más familiares ellos se hicieron cargo de mi y el Padre de Shaoran administro muy bien las Empresas Hiragizawa hasta que yo tuviera edad suficiente y pudiera hacerme cargo de ellas y también agrando mi patrimonio Familiar mientras era un niño.

– Que bueno que al final de todo tuviste una familia –.

– Si es verdad –mirándola– yo estoy eternamente agradecido de todo lo que ellos han hecho por mi, de hecho no tengo como pagarles todo el amor, el cariño y el apoyo que siempre me han dado –sonríe– no me gusta presumir con esto pero ni si quiera toda la fortuna que tengo heredada de mis Padres pagaría todo lo bien y lo bueno que se han portado conmigo la Familia Li.

– Yo se que se siente eso –dijo pensando para si misma– ese sentimiento de gratitud.

Justo en ese momento Eriol pronuncia unas palabras haciendo que con eso Tomoyo reaccionara y volviera a la realidad.

– ¿Tu historia con Sakura es similar verdad? –pregunto ahora el.

– Si –contesto la ojiazul mirando su vaso– mis Padres siempre han sido ausentes en mi vida y la verdad es que nunca han existido en ella.

– ¿Cómo es eso? –dijo Eriol.

– Sus Empresas y sus compromisos eran más importantes que su única hija –lo mira– así que la mejor idea que se les ocurrió fue –haciendo una mueca con sus labios– dejarme en un Internado en Tokio.

Ahora era el turno de Eriol colocar atención, así que callado siguió escuchando todo lo que decía la ojiazul..

– Pero sabes que en una parte les agradezco que lo hayan hecho, que me hayan dejado a mi suerte en ese lugar –.

– ¿No te entiendo? –le decía el joven.

– En ese Internado conocí a Nadeshiko Kinomoto, ella era enfermera voluntaria en ese establecimiento y siempre iba con su pequeña hija Sakura, así nos hicimos amigas –sonriendo– los lunes, los miércoles y los viernes nos veíamos y jugábamos bastante.

– Me imagino –sonrió.

– Un día 24 de diciembre, víspera de navidad mis Padres habían prometido ir a recogerme, me habían prometido que ese día lo pasaríamos juntos pero para variar no llegaron, me quede en la entrada del Internado sola, tenia ganas de llorar pero me había prometido a mi misma que no lo haría por ellos nunca más y así pasaron un par de horas y yo estaba ahí quieta sentada en la acera de la calle.

– ¿En el Internado no quedaba nadie? –preguntó.

– Lamentablemente no –moviendo la cabeza– para esas fechas todos pasaban con sus familias –suspirando– se estaba oscureciendo y hacia mucho frio, la verdad es que yo no sabia que hacer y para mi mala suerte comenzó a nevar, deje mi cabeza en los brazos que tenia apoyando en mis rodillas y solo me deje a la suerte –mirando a Eriol le dice– Al igual que tu le preguntabas a Dios yo también hacia lo mismo ¿No podía entender como el dejaba que niños como yo sufrieran tanto? ¿Qué hubiera personas como mis Padres en el mundo? Personas que solo les importaba su propia existencia.

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