“Número trece:
Creo que estoy mal… he leído ya dos novelas románticas intentando encontrar respuestas, pero por más que lo intente no puedo dejar de pensar en ti.
Me pregunto cuántas veces tuvieron que rechazar a estos tipos para que pudieran escribir algo como esto, es bueno, no es mi tipo de lectura, pero es algo interesante como la gente cambia tan drásticamente al enamorarse de una persona, llega a ser ridículo.”
“Numero veintiuno:
Estoy en problemas… creo.
Louis, quien se había convertido en mi única distracción durante estas vacaciones, ahora tiene novia. Sabía desde el principio que mi amigo es un romántico empedernido, incluso se consiguió un amor de verano para no tener que escuchar mis constantes lamentos porque no puedo esperar a ver tus ojos, Payton.”
“Numero treinta y seis:
Creo que estaré solo por el resto de estas vacaciones.
Mi madre acaba de darme la maravillosa noticia de que iríamos a Inglaterra a pasar el resto de las vacaciones mientras no estás aquí, me negué, ¿Por qué? Es algo simple, Robin.
No puedo pasar un minuto al lado de ese hombre sin sentir ganas de vomitar, seguramente lo arrojaría del avión (No es posible, sin que yo muera) mientras cruzamos el mar. ¿Puedes imaginarte a mi sentado casi veinte horas de vuelo con ese idiota a mi lado? No, ni en un millón de años y luego tener que convivir con él. Mi madre está loca, ni siquiera Gemma estaría ahí para hacer que el viaje valiera la pena para mí.
Esto me hizo recordar las dos semanas que estuvimos aquí solos y pensar que voy a tener que pedir domicilios todos los días hace que te extrañe a ti y a tu comida.”
“Numero cuarenta y siete:
Louis estuvo aquí hace un momento y sí, como te he dicho en las otras cartas, ha estado cocinando para mí cuando saca espacio de su novia.
Hablé con él sobre ti, y por un momento pensé en ir a tu lado, quería llamar a mi madre y decirle que apartara un vuelo para ir hasta Hawaii. Él me dijo que era un idiota sino iba y me recordó algo que se perfectamente sé y es que todos se mueren por ti, a lo mejor sea cierto y encontraste a alguien con quien pasar el tiempo allá, pero… ¿Quién sería tan idiota para no querer estar con alguien como tú?
No sabes las malditas ganas que tengo de verte, pero quiero respetar tu petición de darte espacio, pero no saber absolutamente nada de ti me está volviendo loco.”
“Numero sesenta y dos:
Estoy nervioso.
Hoy vuelves a casa y mi madre esta como loca. Sé que internamente estoy peor, en serio quiero verte, pero estos últimos días me he preguntado si tú también quieres hacerlo, ese pensamiento me está matando.
Espero tener el valor suficiente para decirte todo lo que quisiera.”
Y ahí estaba, no sé qué me sorprendía más, lo que decía cada carta o que en serio esto lo haya hecho Harry. Me preguntaba si estaba soñando o algo por el estilo, porque definitivamente Harry había dado un cambio muy drástico a su comportamiento conmigo y estaba asustándome un poco. Me tome toda la noche en leerlas, eran cortas, pero a veces me quedaba repitiendo mentalmente lo que decía alguna.
Me sentía culpable cuando leí que quería ir a verme a Hawaii al recordar a ese idiota con el que me acosté. Para ser honesta hubiera deseado que es estuviera allí y me hiciera entrar en razón, seguramente hubiera sido lo mejor que pudiera pasar mientras estuviera allá. Acomode las cartas y las guarde en el cajón de la mesa de noche, me acomode de en la cama y entre suspiros quede completamente dormida.
