Era algo extraño venir aquí sin papá, era el aniversario número ocho, hace ocho años hoy murió mi madre. Venir al cementerio no me emocionaba mucho, todo esto lo hacía siempre por ella y por lo mucho que la extrañaba así me doliera mucho ser su lapida llena de flores marchitas. Aunque mi padre no estaba aquí conmigo, tenía a Charlotte, ella sabía perfectamente lo que había pasado en esta fecha, recuerdo que ambas estábamos jugando en su casa con la cuerda, cuando mi padre llamo a la señora Davidson. Ella empezó a llorar y me llevo al hospital, cuando llegue mi madre aún estaba viva y pedía verme por última vez. Era hermosa, parecía un ángel incluso con cara lastimada y la máscara de oxígeno. Sus manos estaban frías, toco mi cabello y mi mejilla intentando sonreír y luego su mano cayó de mi cara, mi padre empezó a llorar como loco, yo no entendía nada pero las enfermeras me sacaron de ahí.
Unas horas después mi padre me explico de la manera más razonable para una niña de nueve años que había perdido a su madre. Ella estaba volviendo de un centro comercial, me estaba comprando algo de ropa y mi regalo de cumpleaños número diez que sería a los tres días siguientes de lo ocurrido y bueno, no fue un feliz cumpleaños. Ella me había planeado una fiesta sorpresa junto a mi padre, pero por obvias razones tuvo que ser cancelada.
Mi padre estuvo inconsolable durante el resto de ese año, siempre lo veía triste y eso me ponía triste a mí. Siempre recordaba la forma en la que me sonreía mientras ella hacia su trabajo y yo hacia mi tarea, siempre lo hacíamos juntas y eso en cierto modo me lo recordaba Anne. También recuerdo la forma en la que acariciaba mi cabello antes de irme a dormir o ir a la escuela. Y las notas que me dejaba por todas partes para recordarme lo mucho que me amaba, lo hacía desde que aprendí a leer.
Desde que ella murió, mi padre y yo nos volvimos más unidos de lo que solíamos ser antes, se volvió en todo para mí y ahora que él estaba en coma me sentía muy sola, sentía como si tuviera cinco años y estuviera perdida en un enorme centro comercial, si le llegara a pasar algo creo que moriría – En memoria a Victoria Baker – susurré y puse el ramo de rosas blancas junto a la esquela, mire a Charlotte a mi izquierda intentando no llorar. Le sonreí y corrió a abrazarme – Está bien, Charlie, estoy bien lo prometo.
-Lo sé.
*
-¿TU HICISTE QUÉ?
-No grites y conduzcas al mismo tiempo, Davidson.
-No puedo creerlo Payton, ¿por qué le pediste algo a ese idiota?
-Bueno… -trague saliva – tu vendrías conmigo, Zayn saldría con su chica, no le voy a pedir algo como eso a Justin – fruncí el ceño- incluso si me ha llevado a verlos y bueno, Anne tiene trabajo hoy… era él o Kelly Nelson, y honestamente lo prefiero a él.
-Okay, okay – gruño – no sabes lo mucho que me disgusta ese tipo.
-Lo sé.
-¿No quieres ir a dormir a mi casa? – Preguntó mientras estacionaba el auto frente a la casa de los Twist y Harry – así podemos pasar todo el día mañana también – sonrió y no me pude resistir.
-Okay, déjame ir por ropa y dinero – me baje del auto – no tardo.
Corrí hacia la casa y abrí rápidamente para subir a mi habitación. Metí todo lo que necesitaba en una maleta más grande que la que uso para la escuela, tome el dinero de la caja fuerte en mi closet y baje hasta la cocina - ¡Anne! – entré a la cocina y no estaba.
-Mi madre salió hace un rato – su voz hizo que casi se me saliera el corazón del pecho, pero del susto – lo siento – dijo… ¿riendo? ¿Estaba riendo? – no quería asustarte.
-No importa – mire hacia otro lado, buscando algo para dejarle una nota.
-¿Te vas?
-Emmm sí… - esta era una de las cosas que me asustaban de Harry, hace por lo menos un mes no estábamos cerca, no le había hablado o siquiera hecho contacto visual con él y ahora me estaba hablando y riéndose como si no hubiera pasado nada – voy a pasar la noche en la casa de Charlotte, ¿puedes decirle a tu madre?
