-Quiero saber qué pasó – dijo suavemente mientras se acomodaba el cabello y se recostaba en mi pecho.
-¿Para qué quieres saber? – aún tenía mi mirada en el techo, la miré y me sonrió.
-Porque me gustan las historias de amor y tú... – me señalo juguetonamente – debiste amar mucho a esa chica – negué con la cabeza, sin embargo sentí de nuevo ese extraño vacío en mi pecho – vamos, cuéntame que pasó, hace por lo menos un año hacemos esto – rio – deberías tenerme algo de confianza, Harry.
-Kristen –suspiré – ya te dije. No me gusta hablar de eso, amaba mucho a una chica y me abandonó, simplemente desapareció como si se la hubiera tragado la tierra y es todo, no es ninguna historia de amor que puedas coleccionar.
-Pero quiero saber detalle y no me estás dando ninguno – rodé los ojos.
Se preguntaran qué está pasando en este momento, pues bien, eso mismo me preguntaba yo. Kristen era una chica de mi universidad y desde hace un año lo único que hacíamos era tomar café y tener sexo, no era ninguna atadura emocional, lo que pasara con su vida me tenía sin cuidado y ella hacia exactamente lo mismo por mí, solo sexo, nada de sentimientos, me lo había prometido desde que perdí a la única persona que amaría en mi vida.
-No creo que sea necesario – me senté haciendo que ella cayera a un lado de la cama bruscamente y se quejara por mi acción – han pasado ya casi cinco años y la verdad no es algo que me guste mucho recordar.
-Está bien, no voy a insistir más – fingió estar molesta - ¿Café? – me miro cuando se puso de pie, asentí y me acosté de nuevo sobre la cama con los ojos bien cerrados.
Sí, hace casi ya cinco años había visto por última vez a Payton y no había día en el que no pensara en ella, en cómo estaba, como se veía, qué había pasado con nuestro bebé, era una tortura. Había intentado buscarla nuevamente pero había sido imposible encontrarla, era como si literalmente se la hubiera tragado la tierra. Cada mes que pasaba me volvía loco por no tener ninguna respuesta sobre ella y de la única forma en la que la olvidaba por unos instantes, solo por unos cortos segundos era acostándome con innumerables mujeres mientras estaba en la universidad. Así que le ofrecí a Kristen acostarse conmigo cada que quisiéramos sin ninguna atadura emocional y acepto, y todo hasta el momento va excelentemente, excepto cuando hace cosas como hoy, preguntarme por mi vida personal.
Si, había entrado a la universidad, hace un poco más de dos meses me había graduado de negocios y mañana me iría a Nueva York. Tras haber trabajado con Robin, mis altas calificaciones y el hecho de que ahora éramos algo así como amigos, su regalo de gradación había sido una exagerada suma de dinero para abrir mi propio negocio. Mañana me reuniría con él y unos publicistas para definir todo sobre mi marca y cosas empresariales de las que no quiero pensar en este momento.
Me senté en la cama y recogí mis boxers del suelo, me los puse y baje a la cocina. Kristen estaba ahí también en ropa interior en la máquina de café mirando algo en su teléfono mientras esperaba. Acomodé un poco mi cabello y bostece mientras caminaba ahora hacia el enorme sillón del living y encendía la televisión – Me gustaría saber que pasa por tu cabeza cuando vez esos documentales tan extraños – dijo Kristen saliendo desde la cocina.
-No te importa – reí.
-Me dan miedo – se sentó a mi lado en el sillón y me entrego mi café – de nada – dijo al ver que no iba a darle las gracias y me burle de nuevo de ella.
No había vuelto a hablar con Gemma desde esa última vez en el departamento, obviamente tenía que verla pero no porque quisiera, era mi hermana y mi madre la llevaba a todas partes. Todo esto había sido su culpa y si para que no se metiera de nuevo en mi vida tenía que olvidar que era mi hermana, definitivamente iba a hacerlo.
