Capitulo 28

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-¿Anne? – dije en el momento que quito la bufanda que cubría la mitad de su cara. Era raro verla así, estábamos en Los Ángeles y aunque en la noche bajaba la temperatura, aun no era época para usar tanta ropa, mucho menos bufandas con gruesas.

-Llegue tan pronto como pude – puso la bufanda en una de las sillas de la sala y rápidamente se quitó la enorme chaqueta que tenía puesta.

-Déjame ayudarte – me acerqué a ella, pero negó con la cabeza.

-No te preocupes cariño, yo lo haré – me mostro una enorme sonrisa como era típico en ella y el empezó a arrastrar la maleta hasta el centro de la sala. A pesar de su sonrisa podía ver la tensión y preocupación sobre ella, dejo a un lado la maleta y empezó a jugar con sus manos mientras se acercaba a mí - ¿Cómo está él? – dijo suavemente haciendo un intento de sonrisa.

-Está bien, sus medicamentos son realmente fuertes y lo hacen dormir por horas, en este momento está dormido.  Anne, lo siento mucho, es mi…

-No lo digas, no es tu culpa cariño – me abrazo con fuerza acariciando mi espalda rápidamente. No pude evitar que unas cuantas lágrimas salieran de mis ojos, sabía que estaba muy preocupada, podía verlo en su cara y en la forma en la que se comportaba y aunque ella lo estaba negando sabía que era culpable de lo que había pasado. La abrace con fuerza cuidando de no hacerle daño con el cuchillo, hundí mi cabeza en su hombro y la escuché suspirar – calma cariño, no es tu culpa – acaricio mi cabello y luego se alejó – Gracias por cuidarlo, no podía estar en mejores manos – beso mi mejilla.

-¿Tienes hambre? – limpie mi cara con el dorso de mi mano libre y ella asintió – bueno, cocinare para ti también – dije sollozando y ella me dio una enorme sonrisa para que me calmara.

*

-Los extrañé mucho, dejando a un lado lo que pasó – comió otro bocado – Robin y tu padre llegaran el viernes y yo voy a quedarme también.

-Eso es maravilloso.

-Yo también quiero comer – las dos miramos hacia la entrada del comedor.

-HARRY – grité y de inmediato corrí hacia él- Dios mío, el doctor dijo…

-Estoy bien, Payton – dijo cansado – no quiero estar más acostado en mi cama, me duele todo – dijo con cansancio y caminó hasta la silla al lado de Anne – Madre -  dijo con su voz profunda y ella tomo su mano por encima de la mesa.

-Estaba muy preocupada – acaricio su mano y vi como Harry soltaba el aire que estaba reteniendo cuando a Anne se le llenaron los ojos le lagrimas – pensé lo peor, perdón por no llegar antes, no sabía qué hacer…

-No llores mamá – acaricio su mejillas con delicadeza borrando el rastro de las lágrimas y sin darme cuenta yo también estaba llorando – Está bien, estoy bien – ella puso su mano sobre la de Harry y él le dio una pequeña sonrisa – lo importante es que ya estás aquí – ella asintió y sonrió limpiando su cara.

-Voy a servirle a Harry – me fui directo a la cocina limpiando mis lágrimas, sabía que Anne explotaría en cualquier momento, pero no pensé que sería tan doloroso tener que ver lo que pasó unos segundos atrás.

Narra Harry

Era miércoles en la tarde, sin duda me sentía mucho mejor después de todo. Estaba sentado en mi mesa de trabajo adelantando algunos trabajos de los cuales Liam y Louis me habían hablado ayer cuando vinieron a visitarme. Cuando por fin terminé con esa basura, me recosté en el espaldar, no podía dejar de pensar en ciertas cosas.  Cada vez que dormía soñaba con el cuento de Alicia, tenía muchas preguntas en la cabeza para el señor Collins quien regresaría esta noche con el esposo de mi madre. 

Archenemy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora