Había pasado una semana, Harry me miraba de una forma que ni en un millón de años pensé que haría. Era diferente, su rostro no mostrada odio, seriedad o enojo como siempre. Me miraba con un intento de sonrisa que en ocasiones mostraba su hoyuelo. Sin embargo, durante todo este tiempo no me había hablado, solo cruzaba su mirada conmigo y era extraño, sobre todo porque en la escuela era el mismo. Llegaba a su casillero y a clases con su cara de “me importa una mierda, muérete”. En dos ocasiones note como me miraba mientras estaba con Justin, fruncía el ceño y se iba lejos.
Estaba confundida, el día de mi cumpleaños, Anne invitó a Charlotte, Zayn, Niall y los otros chicos a casa, el señor Twist llego en medio de la cena con un pastel. Había sido una sorpresa para mí, y al parecer para él también, me miraba con confusión, me encogí de hombros y miro hacia otro lado. Después de soplar las velas llego Justin y él se fue a su habitación. Me sentí bastante mal, desde esa vez que Harry me besó sobrio ningún beso que me diera Justin podía llenarme o compararse con sus labios, y aunque no éramos nada, sentía que lo estaba engañando.
Cuando todos se fueron, Anne me pidió que le llevara un poco de pastel y eso hice. Estuve frente a su puerta por lo menos cinco minutos pensando si debía tocar, no podía creer que aún me ponía tan nerviosa. Por fin, toqué la puerta, él salió y tomo el plato de mis manos, me dio un gracias y luego cerró la puerta. Eso había sido todo, un simple “gracias” en toda la semana. Suspiré y mire hacia mi derecha, caminaba con Justin hacia la cafetería, él tomaba mi mano. Justin era una buena persona, era perfecto, su único defecto era que le gustaba demasiado tener sexo. Él siempre me trataba bien y no me gustaba sentir que lo engañaba, él no lo merecía.
-¡PAYTON! –Gritó Charlie al verme – no vas a creer lo que pasó – la miramos sin entender y ella sonrió – Tu, Kelly y otras dos chicas están nominadas para reina del baile.
-¿Y? –dije sin interés.
-¿Y? – preguntó histérica – amiga, tienes que ganarle a Kelly… otra vez. Sé que no te importa pero…
-Charlotte…
-Más tarde debes hablar en la asamblea general y decir por qué quieres ganar.
-No quiero ganar – dije con pesadez.
-Tienes que…
*
-Para terminar, jóvenes – dijo el director – las señoritas que ustedes eligieron, darán unas palabras.
Cada chica salió. Ahora Kelly Nelson estaba dando su discurso, creo que era mucho más largo que cualquiera de Obama y había llegado al punto en el que nadie le estaba prestando atención y buscaban la forma de cortarse las orejas.
Narra Harry
-Odio a esa chica – dijo Liam –deberían prohibirle hablar por el resto de su vida.
-Se lo voy a proponer al directo – dijo Louis riendo.
Estábamos sentados escuchando como esa chica hablaba sus estupideces sobre ser la reina del baile el próximo viernes. No podía creer que la dejaran hablar tanto, debería ser ilegal. El director llego un rato más tarde haciendo que se callara y creo que todo el mundo estaba a punto de dormir. Ella estaba ahí, era obvio que estaría, pertenecía a ese grupo de populares que tenía todo el mundo a sus pies. Se veía preciosa, estaba de pie junto con las otras chicas. El director la presento como si nadie en la escuela la conociera y vi como todos los imbéciles de la escuela se enderezaban en sus asientos y el impulso dentro de mí del golpearlos creció – Es hermosa – susurro el tipo que estaba a mi lado. Su amigo asintió y miraron hacia el frente, justo donde ella estaba.