Capitulo 1

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-Primer día de clase – Canturreo mi padre cuando entré a la cocina - ¿Estás lista, cariño? – puso un enorme plato de pancakes frente a mí y no pude evitar mostrarle la sonrisa más grande que tenía.

-Sí – lo mire – Hoy todo va a cambiar – tome el tenedor y empecé a comer - ¿Vas a ir al trabajo hoy?

-Sí, pero el jefe me dejo salir temprano hoy.

-Papá – alargue divertida – tu eres el jefe – rio y se sentó a mi lado en la mesa. Solo éramos él y yo, mi padre se llama Richard Collins, era el dueño de una pequeña librería en el centro de la cuidad de Los ángeles. Vivimos en Santa Mónica, muy cerca a las playas de Malibú. Nuestra casa era… bueno, no era la típica mansión lujosa que aparece en las películas, era pequeña y además mi padre estaba “remodelando”.

-Esas son las ventajas de ser tu propio jefe – ambos reímos - ¿Puedes trabajar después de la escuela?

-Claro que sí  - le sonreí.

-Espero que tengas buenas notas este año – alzo ambas cejas señalándome.

-Sabes que lo intento, estudio muy duro, pero soy muy…

-Nada de peros Payton, uno puede lograr lo que quiera con esfuerzo y más aún si quieres entrar a la universidad el próximo año.

-Okay – suspire - ¿Qué vas a hacer hoy?

-Voy a seguir con la remodelación – me guiño el ojo.

-¿No es mejor que contrates a alguien? – mire a mi alrededor, la casa era un desastre por todas partes – solo digo.

-Cariño, puedo hacerlo y ahorramos algo de dinero para tu auto – terminó con lo que había en su plato y me miro de nuevo – saluda a tu madre cuando te vayas ¿Está bien?

-Okay.

-Nos vemos en la noche – llego su plato a la cocina, regreso, tomo su bolso y camino hacia la puerta.

-Adiós papá – escuche  el sonido de la puerta cerrarse. Terminé con mi desayuno, tome mochila favorita de color rosa y fui hasta la sala – Adiós mami, volveré en la noche – le sonreí  a la foto de mi madre y salí de la casa.

Mi madre había muerto tres días antes de mi cumpleaños número diez en un accidente de tránsito, la extrañaba mucho y a veces me hacía falta una madre que pudiera entender lo que me pasaba cada veintiocho días. No tenía auto como había dicho mi padre y los autobuses no me encantaban, tenía suerte de que la escuela quedaba cerca y podía irme caminando bajo el sol de la muy bella cuidad de Los Angeles. Y ahí estaba mi escuela, camine los kilómetros de grama de la entrada viendo miles de personas saludándose, abrazándose y diciendo “Te extrañe mucho estas vacaciones”. Todavía no entiendo por qué, pero se supone que hago parte de los chicos populares, no importa mucho para mí, pero gracias a eso estaba siendo saludada por un montón de personas que no sé siquiera como se llaman.

-PAYTON – mire hacia mi derecha justo cuando llegue a mi casillero – PAYTON COLLINS.

-CHARLOTTE – grite de vuelta y le abrí los brazos a mi mejor amiga para que me abrazara. 

-Por Dios, parece que no nos vemos hace un millón de años – se alejó de mí y me sonrió casi a punto de llorar – estás hermosa.

-Cállate, te fuiste hace dos semanas.

-No sabes cómo es de fría Londres, ya se me quito el bronceado – dio un suspiro y me miro. Charlotte  Davidson era mi mejor amiga desde jardín de niños, sin duda era una de las chicas más lindas e inteligente de toda la escuela, por no decir que también era popular – Pero no quiero hablar de mí – acomodo su cabello rubio - ¿La hiciste?

Archenemy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora