No podía dormir.
*Flashback*
-Mierda – maldije por lo bajo. No podía ser posible, toque mi frente con mi mano y luego la pase por mi cabello hasta la parte trasera de mi cuello, cerré los ojos con fuerza deseando con todo mi corazón haber visto mal, abrí los ojos y mire de nuevo – MIERDA – grité con desespero.
-¿Qué pasó? ¿Necesitas ayuda? – la chica de la farmacia que me atendió esperaba al otro lado, respire profundo y abrí la puerta. Me miro preocupada y suspire - ¿Y?
-Positivo – Mordí mi labio interior y mire de nuevo la prueba, luego se la mostré – estoy embarazada – dije intentando reír, pero no me salió.
-¿Es tan malo?
-Pues sí, se supone que no debo estar embarazada justo ahora, tengo planes, además apenas tengo dieciocho años.
-¿Sabes quién es el padre?
-Sí, mi novio...
-¿Crees que lo tome mal?
-No lo sé – negué con la cabeza – No lo sé – suspiré – pero creo que lo arruiné – la mire y rei con sarcasmo – es un talento que tengo.
-Oye – puso ambas manos en mis hombros – no sean tan dura contigo, ambos tuvieron sexo porque quisieron, ambos tienen algo de culpa.
-Pero... - fui interrumpida por mi teléfono. Lo saque del bolsillo de mi pantalón – es él – puse el teléfono en mi oído - ¿Harry?
-Payton, no estás pérdida ¿O sí? – sonaba preocupado.
-No, no lo estoy – reí.
-Uhmmmm, está bien. ¿Quieres que pase por ti?
-No, ya estoy de camino a casa, no te preocupes cariño.
-Está bien, no tardes.
-No, adiós - corte la llamada y metí mi teléfono devuelta en mi bolsillo – Oh Dios – cubrí mi rosto con ambas manos, respire profundo varias veces intentando no enloquecer.
-¿Estás bien? ¿Quieres algo de agua?
-No, no, estoy bien. Dame algo para el dolor de cabeza, no puedo llegar con las manos vacías a casa.
-Está bien – Salí hacia el mostrador y ella hico lo mismo, tomo una caja de analgésicos, los metió en una bolsa, le pague y metí la bolsa y la prueba en mi pequeño bolso - ¿Qué vas a hacer?
-No lo sé – reí – Muchas gracias – me di la vuelta caminando hacia la salida.
-Mi nombre es Lily – grito la chica – trabajo todos los días hasta las seis por si necesitas de alguien – Me di la vuelta y me despedí con la mano.
*
-Estoy en casa – dije sin ánimo y me senté en el sillón que había en el living del apartamento. Unos minutos después sentí el peso de Harry a mi lado y su brazo sobre mis hombros haciendo que me recostara en su pecho, cerré los ojos por un momento, respire profundo reteniendo su olor dentro de mí por unos momentos y luego exhalé, mi puño tenía una parte de su camiseta en él. Cerré los ojos más fuerte deseando que este momento se quedara congelado para siempre.
-¿Estás bien? – su profunda voz me hizo temblar por dentro. Una de sus mano acaricio mi brazo y luego subió hasta mi mejilla, su pulgar me dio suaves caricias – Payton – dijo suavemente.
-Estoy bien, solo... - lo mire - me está matando la cabeza.
-Te prescribieron algo en la farmacia.