-Lo siento – dijo sobre mis labios. Me aleje de ella para mirarla.
-¿De qué hablas?
-Siento mucho haberme enojado por lo de Justin, tenías razón.
-Está bien – puse ambas manos sobre sus hombros – no pienses en eso.
-¿Qué va a pasar ahora? – susurró.
-No lo sé, ¿qué quieres qué pase?
-Yo… nunca pensé que esto pasara, nunca imagine algo parecido y estoy muy confundida… No sé… - miro hacia otro lado con frustración – Ni siquiera sé si lo quiero.
-¿Te gusto?
-Me has gustado desde que tengo 16 – sonreí aliviado – pero… no creo que esto funcione Harry. Me has herido de todas las maneras posibles…
-¿Pero qué… ya te dije que lo sé y lo siento.
-Creo que necesito tiempo – mire hacia otro lado enojado, no con ella sino conmigo mismo – Harry… – tomo mi mano – me gustas ¿sí? Dame tiempo… hemos pasado por tiempo difíciles y… -Antes de que pudiera decir algo mi teléfono sonó de nuevo - deberías contestar, es la tercera vez que suena, debe ser importante.
-En este momento esto es más importante para mí – vi cómo se sonrojaba mientras una sonrisa crecía en sus labios.
-Contesta – dijo ante el insistente sonido. Gruñí rodando los ojos y ella rio.
-Okay – saque mi teléfono. Fruncí el ceño al ver el nombre en la pantalla.
-Madre… - dije con pesadez.
-Dime que estás con Payton.
-Sí, está conmigo.
-Oh por Dios, eso es fantástico. Estaba preocupada, llame a su amiga y me dijo que no sabía dónde estaba, tenía toda mi fe en ti.
-¿Qué quieres?
-Trae a Payton al hospital, su padre esta…
-No digas más – no necesitaba escuchar el resto de la oración – estaremos allá – colgué con mi madre y la miré, ¿Su padre estaba muerto? Era por la única razón que mi madre me llamaría tan alterada. Esto no era bueno, acababa de decirle que me gusta y ahora… ¿debía decirle que su padre estaba muerto?
-¿Qué? – dijo sin entender. Estaba algo molesto porque su padre había muerto, y había muerto justo hoy, el día que le dije sobre mis sentimiento y me rechazo.
-Payton… - dije seriamente – tenemos que ir al hospital ahora.
-¿Pasó algo con Anne? – dijo preocupada.
-No exactamente.
La tome de su muñeca y sentí como se erizaba su piel. Fuimos por su bolso y luego hasta el auto, le abrí la puerta de su lado y vi como hacia una cara graciosa por mi acción, me agradeció y luego di la vuelta para subir. El camino fue silencioso, estaba un poco nervioso por como lo fuera a tomar. No entendía porque alguien tan bueno con ella, podía tener una vida tan trágica. Llegamos al hospital y nos quedamos ahí en el estacionamiento aun en silencio, ella volteo a mirarme y frunció el ceño - ¿Por qué me miras así? – Dijo molesta - ¿Puedes decirme que pasó?
-No creo que sea el indicado para decirte. Es mejor que lo veas tu misma.
-Es… – un jadeo salió de su boca y miro hacia el frente - ¿Murió? – Susurro - ¿verdad? – Me miro de nuevo con tristeza – No estoy lista para esto – respiro profundo - ¿Puedes entrar conmigo? – asentí.