-Nos vemos pronto, querida – beso mi mejilla – Dile a Charlotte que debemos volver a vernos – Asentí y luego miro a Harry – pórtate bien, cariño – lo abrazo y él le dio palmaditas en su espalda – los voy a extrañar mucho – soltó a Harry y camino hasta el taxi.
-Mucha suerte – grité y ella me sonrió. El taxi se fue lejos y ahora era oficial, estaba completamente sola con Harry durante quince días en esta casa. Él entró sin decir una sola palabra – que empiece el plan – susurre para mí y entré. Harry estaba sentado en la sala mirando la televisión, yo caminé directo a la cocina y empecé a hacerme un sándwich, una vez terminé subí a mi habitación. Desde esa última pelea que tuvimos las cosas habían cambiado un poco, llegaba tarde a casa para no tener que hacerle de comer, llegaba y empezaba a gritarme, yo lo ignoraba y subía a mi habitación, me quedaba ahí hasta que llegaba Anne. En las mañanas salía mucho más temprano para no tener que pasar por lo de la última vez.
Según Zayn, tenía que evitarlo a como diera lugar, incluso si vivíamos bajo el mismo techo. Pero era imposible, me estaba haciendo la difícil con un chico difícil. Me acosté en la cama y un suspiro salió de mi boca. Me daba algo de lastima, pero tenía que ser fuerte, incluso si la posibilidad de que le gustase a Harry fuera cero en un millón – MIERDA – escuché la voz de Harry y me alarme. De inmediato bajé buscándolo por toda la casa.
-¿Qué pasó? – entré a la cocina y ahí estaba él. Su mano estaba llena de sangre, me miro sin decir un palabra, dude en acercarme a él pero lo hice – déjame ver – alejo su mano cuando intente tocarlo.
-Solo me corte un dedo, lárgate – Deje salir el aire que estaba reteniendo.
-Como quieras – di la vuelta y caminé hacia la salida.
-ESPERA – lo miré esperando a que hablara, él se quedó en silencio un rato mirándome algo adolorido – yo… - trago en seco – mientras hago algo por mi dedo, ¿podrías hacer algo de comer? – No dije una sola palabra y él trago en seco - ¿por favor?
-Okay – me miro sorprendido – lo haré solo porque te cortaste el dedo.
-Gracias – salió de la cocina. También tenía algo de hambre, y ya estaba algo tarde para pedir algo a domicilio, opté por hacer algo de pasta para los dos. Saque todo y empecé a cocinar. Era raro que Harry me diera las gracias, es más desde que estoy aquí solo lo había hecho dos veces y se sentía raro. Di la vuelta para tomar el colador y ahí estaba él sentado, mirándome fijamente, lo tome algo intimidada por si presencia y le di la espalda de nuevo.
-¿Qué estabas haciendo con el cuchillo? – pregunté pero no tuve respuesta, era obvio que no iba a hablarme, no entiendo por qué seguía insistiendo en querer hablarle, suspiré y seguí cocinando. Una vez terminé serví en los dos platos, le entregue el suyo y me senté frente a él, lo más probable es que tomaría su plato, haría algún comentario mal intencionado y se iría a su habitación.
-Gracias – dijo por segunda vez con su tono de voz neutro tomándome completamente por sorpresa mientras comía el primer bocado de pasta – estaba intentando abrir una lata de atún – no sé porque pero mi corazón latía fuerte y solo estaba hablando, era la primera vez que me estaba hablando y no estaba siendo grosero. Toda la cena siguió en silencio, yo no era capaz de decirle algo, estaba nerviosa con su sola presencia y él tenía la miraba fija en su plato.
Me puse de pie con mi plato y lo puse en el fregadero para empezar a lavar el pequeño desastre que había hecho. Una vez terminé di la vuelta y él seguía ahí, mirándome fijamente - ¿quieres que lave tu plato? – él asintió. Me acerqué a él y lo retire de la mesa. Lo lavé y cuando volví a mirar hacia el pequeño comedor de la cocina, seguía ahí mirándome de la misma manera que empezaba a darme miedo.
