Había pasado ya dos semanas desde el accidente en mi casa y nada mejoraba, mi padre aún estaba en estado de coma, Harry seguía siendo un idiota conmigo dentro de su casa, en la escuela y a donde sea que se encontrara conmigo. En cuanto al trabajo y la escuela estaba agotada, no entendía como una librería podía tener tanto trabajo, por favor, es aburrida, pero últimamente a todo el mundo le gusta leer. Los trabajos escolares empezaron a hacerse presentes agobiando más mi existencia. Todo se ponía cada vez más pesado para mí.
Ahora estaba en el autobús devuelta a la casa de los Twits y Harry, y sí ahora tenía que tomar el autobús. Anne le había insistido a Harry para que me llevara en su auto, pero él simplemente hacia caso omiso o incluso salía mucho antes de la casa para no llevarme. Como decía antes, estaba en el autobús y no podía sentirme más agotada que nunca. Baje de él y ahora debía caminar por lo menos dos calles más, sentía que en cualquier momento iba a desmayarme, todo mi cuerpo estaba pesado y adolorido por la clase de gimnasia, tenía ganas de llorar de lo cansada que me sentía.
Llegue a la casa arrastrando mis pies, saque la llave que me había dado Anne una semana atrás, Harry no me dejaba entrar a su casa cuando ella o Robin no estaban. Entré y caminé hacia la sala, coloqué mi mochila rosa en el suelo, me senté recostando mi cabeza en uno de los brazos del cómodo sillón y me inmediato sin ojos se cerraron. Se sentía muy bien – Al parecer tuviste un día largo – escuché la voz de Anne y sin tener que mírala pude imaginarla sonriendo haciéndome sonreír a mí.
-Muy largo – Dije como pude – No puedo abrir mis ojos – reí con cansancio.
-¿Quieres cenar o vas a ir directo a la cama, linda? – sentí cuando se sentó a mi lado.
-Por mucho que quiera dormir debo hacer la tarea, así que… – me senté y abrí mis ojos como pude – es mejor que empiece.
-Cariño, llevas una vida muy pesada para alguien de apenas 17 años – suspire al ver su cara de preocupación – deberías descansar un poco antes de cenar – negué con la cabeza – toma una siesta y luego puedes hacer tu tarea.
-Estoy bien señora Twist, voy…
-Por favor dime Anne, Payton, te lo he dicho varias veces – sonrió.
-Está bien, puedo hacerlo Anne, estoy bien – le sonreí. Tome mi bolso y empecé a sacar los libros.
-¿Puedes hacer tu tarea en el comedor? Necesito compañía mientras cocino.
*
- ¿Y si contratas a alguien más?
-No se me había ocurrido – ya no me sentía tan cansada, Anne me había dado un café cargado que me había ayudado un poco – pero no tengo tiempo de buscar a alguien que quiera tomar mi puesto.
-Déjamelo a mí.
-Gracias- le sonreí - ¿Dónde está el señor Twist?
-Está durmiendo, mañana muy temprano se irá a un encuentro de negocios en Londres, así que no estará por uno días.
-Espero que no vuelva – mire hacia la izquierda y ahí estaba Harry – sería lo mejor para todos – rio.
-Harry, ¿podrías…
-Solo quedaría ella, no entiendo que hace todavía aquí – me miro con fastidio, él se rio al ver mi cara por su comentario, siempre lograba hacerme sentir mal y todo lo que trataba de hacer era agradarle – Madre, voy a la casa de Louis, vuelvo en dos hora – sin decir más, salió de la cocina y se fue.
-No entiendo a ese muchacho – gruño – siempre tan pesado.
- Descuide, creo que ya me acostumbre – reí y ella me miro con una sonrisa apenada - ¿siempre ha sido así?