-Vaya, vaya… - mire hacia el frente y pude ver a ese jodido imbécil – quien iba a pensar que siguiendo a tu amigo iba a dar con ustedes – rio.
-LOUIS – grité de nuevo, estaba perdiendo la cabeza – Habla idiota, no puedes morir.
-Ya está muerto, ahora dime donde está Payton, quiero que vea cuando te mate para después matarla a ella – dijo seriamente, pero ni siquiera lo mire o presté atención a sus palabras. Estaba pensando en mi amigo tendido en el suelo, ni siquiera podía ver su rostro por esta maldita oscuridad.
-Mierda.
-¿LOUIS? – Dije al escuchar su quejido - ¿Estás bien? Por favor di algo.
-No puedo creer que falle ¿Dónde enciendes las luces de este maldito lugar? – se fue dejándome confundid, pero no me importo demasiado.
-Mierda, esto duele demasiado.
-¿Dónde te disparo?
-Me duele la pierna izquierda, mierda… duele demasiado – se quejó casi entre lloriqueos.
-Eres un idiota – dije con la voz quebrada – pensé que estabas muerto ¿por qué no decías nada?
-No llores por mí – rio – sé que no podrías vivir sin mi si muero – la luz se encendió. Louis estaba bocabajo y su pierna estaba sangrando de una manera impresionante.
-¿Qué pasó? Escuché un disparo y…
-Payton, sal de la maldita escuela ahora.
-¿Qué le pasó a Louis?
-QUÉ TE VAYAS – grité – AHORA.
Narra Payton
-No puedo ver nada, está muy oscuro – dijo mi padre y de inmediato saqué el teléfono de mi bolsillo, encendí la linterna iluminando el lugar donde estábamos buscando – cuando salgamos de esto vas a estar en muchos problemas, jovencita.
-Podrías dejar de pensar en eso mientras sobrevivimos de un loco que quiere matarnos con un arma.
-Todo lo que hago es por tu bien.
-Papá, no es el momento… Busca la puerta.
-Fui un idiota Payton…
-¿Qué?
-No debí culpar a Harry por lo que pasó y mucho menos alejarlo de ti. Siento mucho todo esto, sé que no te gusta ni un poco el lugar donde estamos viviendo y que tengas que atravesar toda la cuidad para venir a la escuela, pero te prometo que cuando salgamos de esto voy a llevarte a un lugar mejor.
-Está bien – le sonreí.
-Perdóname.
-Nunca podría estar enojada contigo, papá – escuché un disparo y todo dentro de mí se revolvió - Ya vuelvo – le entregue el teléfono y cuando iba a correr a buscar a Harry me detuvo.
-No puedes ir allá, ese monstro quiere matarte.
-Tengo que ver qué pasó con Harry.
-Déjame ir a mí.
-No, busca la salida, yo nunca podría encontrarla sola – me libero de su agarre.
-Está bien, si ves algo raro corre de vuelta acá – asentí y luego de eso fui en busca de Harry.
*
Podía escucharlo, pero era imposible ver algo en esta oscuridad. La luz se encendió como si alguien hubiera leído mis pensamientos -No llores por mí – escuche a lo lejos y seguí la voz conocida – sé que no podrías vivir sin mi si muero.