-¿Qué demonios? – Mire hacia la puerta aun con las lágrimas cayendo de mi salvajemente de mi rostro – Payton, por Dios – Louis se acercó corriendo a donde estaba sentada en el suelo con Harry en mis brazos y se puso de rodillas sacando su teléfono - ¿Si? Emergencia, necesito una ambulancia al… - deje de escuchar a Louis mientras abrazaba a Harry de nuevo. La sangre no dejaba de salir y mis pensamientos de que estaba muriendo se hacían peores mientras se ponía cada vez más pálido entre mis brazos – Payton, mírame – la alarmada voz de Louis llamo mi atención, lo mire, su cara de preocupación y sus ojos que se cristalizaban de a poco me hacían querer llorar más – Dime… ¿qué paso? – Si voz se quebró.
-F-fue… Justin – empecé a llorar nuevamente, él me miro sorprendido esperando a que continuara – No sé cómo entró pero… - sorbí mi nariz antes de continuar – Lo golpeo con un bate... Louis, yo… - las lágrimas no se detenían mientras mis sollozos evitaban que pudiera articular alguna oración – No puede morirse… Harry, ha perdido mucha sangre – miro mis piernas llenas de sangre y luego a Harry que estaba pálido, incluso sus labios que siempre estaban rosados habían perdido su hermoso color.
-Hierba mala nunca muere, Payton, Harry no está muerto – acaricio mi espalda mientras el sonido ensordecedor de la ambulancia se escuchaba por todas partes.
Narra Harry
¿Qué mierda me pasa? Me sentía mal y mareado, podía sentir como mi cabeza palpitaba al ritmo de mi corazón que estaba acelerado. Mis parpados estaban pesados, ni siquiera hice el intento de abrir los ojos. No podía moverme. No recordaba nada, ¿me había pasado algo? - “Payton” – Susurró mis subcontinente - ¿Payton? – susurré y pude escuchar unos murmullos a mi alrededor. ¿Dónde mierda estoy? ¿Morí? Todo estaba negro ¿Esto era lo que se sentía morir?
Mientras todo estaba en esta continua oscuridad, mi mente recreo el cuento de “Alicia en el país de las maravillas” un sin número de veces hasta que mi mundo dejo de dar vueltas – Despertara en cualquier momento – dijo una voz adulta que no pude reconocer y de nuevo quede suspendido en una dimensión oscura en mi mente ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo abrir los ojos?
Un quejido salió de mis labios al sentir otra vez mi cabeza palpitar a medida que el dolor de cabeza crecía, abrí los ojos lentamente y vi un todo blanco en mi visión nublada ¿en serio había muerto? Sentía unos tubos en mi nariz que me daban comezón y luego todo dio vueltas ante mis ojos, todo lo que tenía en mi estómago quería salir – Va a vomitar, Kimberly, colócalo de lado – sentí como unas pequeñas manos me agarraron con fuerza haciendo que todo mi peso se fuera a un costado mientras vomitaba varias veces hasta que mi mundo dejo de dar vuelta de nuevo.
-Doctor, ¿suero?
-Por favor, Kimberly.
Mi cuerpo reposo de nuevo sobre mi espalda y las punzadas en mi cabeza se sentían cada vez peor, cerré los ojos con fuerza y luego los abrí cuando escuché una clara y profunda voz masculina – Sé que debe sentirse pésimo señor Styles, pero los antibióticos y el suero que le estamos introduciendo no tardara en hacer efecto.
-¿Dónde mierda estoy? – susurré con voz cansada aun con la vista nublada mirando hacia arriba.
-Está en el hospital señor Styles, va a ponerse bien pronto.
-¿Hospital? ¿Qué me pasó? – susurré de nuevo.
-Más tarde hablaremos de eso, por el momento descanse – parpadee varias veces y todo volvió a hacerse nítido para mí. Mire hacia mi derecha encontrándome con un hombre que parecía Santa Claus. Cerré los ojos asintiendo intentando hacer que el dolor de cabeza no me golpeara tan fuerte. Y de nuevo todo se puso negro en esa dimensión donde estuve atrapado durante no sé cuánto tiempo, pero esta vez, Alicia y su tragedia no apareció, está vez el recuerdo de la promesa que le hice aquella noche al papá de Payton pasó por mi cabeza, una y otra vez.