-¿No será que te gusta?
-Por supuesto que no, no sea idiota.
-Amigo, me acabas de decir que te molestaba que fuera con un tipo a tu casa a estudiar, te sentiste aliviado cuando te dijo que terminaron y hace unas horas la viste con otro tipo y casi golpeas a tus amigos.
-¿Qué? – fruncí el ceño.
-Te gusta… admítelo.
- No me gusta –dije irritado – la odio ¿Cuántas veces lo tengo que repetir?
-No la odias – negó con la cabeza riendo.
-Mejor me largo – me puse de pie y saque el dinero – no debí decir nada, eso me pasa por estúpido – le pagué y luego camine hacia la puerta.
-VUELVE PRONTO – gritó. Mire hacia afuera, recordé que no tenía una puta idea de donde estaba y volví hacia él – volviste muy pronto – rio.
-No sé dónde estoy.
*
-POR FIN – dije cuando llegue a casa, ya eran casi las ocho de la noche y estaba cansado. Aparque en el jardín, tome mi maleta y fui directo a la casa. Tire mis cosas en alguna parte de la sala y caminé hacia la escalera.
-HEEEEEY –camine de vuelta hacia la sala – eso dolió, tu mochila es muy pesada.
-¿Mochila? –reí con sarcasmo.
-Tu comida está en el microondas.
-No tengo hambre – me senté en uno de los sillones. Ella estaba en el suelo a su alrededor por lo menos diez libros - ¿Qué estás haciendo?
-Tarea… - dijo mirándome algo confundida. Miro hacia sus libros.
-Oye, ¿puedo preguntar algo? –Ella asintió - ¿Qué paso con tu padre? - todo el fin de semana había pensado en eso. Cuando la enfermera se fue estuve mirando por la pequeña ventada de la puerta. Ella tomaba su mano y hablaba con él, nunca lo vi moverse o hacer algo.
-Él… -me miro dudosa y luego suspiró – está en coma…
-¿Por qué?
-Quedo sepultado por nuestra casa cuando se derrumbó, ha estado en coma por más de un mes - asentí. No podía entenderlo, la vida de esa chica era una tragedia, su madre murió, su padre está casi muerto y no tenía una casa. Pensaba que mi madre me había mentido para que le tuviera lastima, pero no, todo era cierto.
- ¿Y qué haces cuando lo visitas?
-Bueno, le cuento todo lo que hice en el día y le leo su libro favorito – sonrió – su médico dijo que a veces los pacientes que están en coma pueden escuchar todo su alrededor, entonces…
-¿Qué libro es?
-Alicia en el país de las maravillas.
-¿En serio? – Bufé – es un libro infantil, ¿es retrasa… - frunció el ceño con enojo y mejor me quede callado - ¿De qué es tu tarea?
-Historia…
-¿Te puedo ayudar? – no dijo nada, solo me miro con desconfianza – si no quieres, pues no te ayudo.
-¿Estás hablando en serio? – Asentí - ¿Estás enfermo o algo?
-¿Quieres que te ayude o no? – nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos, parecía eterno ese momento. El timbre sonó, caminé hacia la puerta y me encontré con la vecina de la cual no tengo idea el nombre y su hijo.
-Hola, ¿está tu madre?
-No.
-Oh, que lastima – me miro pensativa – ¿podrías hacerme un favor? Tengo que irme hasta el viernes a cuidar a mi hermana en Texas, va a tener un bebé y no puedo llevar a Jared. ¿podria quedarse contigo, por favor? Te pagare.