Me sentía como una idiota
¿Qué haces aquí?
Esa pregunta resonó un par de veces en mi mente antes de que pudiera reaccionar. Mi actitud distante y reservada volvió obligándome a que no me afectara lo que él me decía. Y de la forma más cortante y tajante que pude le dije.
—No es asunto tuyo
Su expresión detono sorpresa y sin titubeos pase por su lado caminando despacio alejándome lo más que podía de él, no me permití que mi cara expresara algo más que seriedad, pero por dentro me sentía triunfadora.
En mi camino hacia ningún lado acepte una nueva copa que me ofrecía un camarero. Después de tantas emociones juntas lo que más me apetecía era estar sola y disfrutar de mi copa con tranquilidad, el mejor sitio que me parecía para eso era la zona de la piscina, pero me negaba a dar media vuelta así que me tome el atrevimiento de subir las escaleras.
Para mi suerte en el piso de arriba también había un par de personas así que no me sentí como una intrusa, caminé despacio observando todo con detenimiento hasta que me encontré con una gran puerta abierta de cristal que daba hacia una gran terraza. Pase la puerta y para mi suerte no había nadie, respire el aire fresco mientras caminaba y me sentaba en uno de los sofás de exterior que se encontraban allí.
Frente a mi había una pequeña mesa en donde puse mi copa, miré hacia mis pies, los altísimos zapatos que llevaba eran sorprendentemente cómodos pero ya llevaba demasiadas horas con ellos puestos y mis pies deseaban un poco de libertad. Estaba tentada a quitármelos un rato hasta que su voz irrumpió mi soledad.
—No quería ser grosero... —dijo Michael mientras se aproximaba a mí —lo siento... —se sentó en el sofá del frente y agradecí la distancia.
—Vale —fue lo único que exprese.
Después de lo sucedido no iba a permitirme abrirme tan fácilmente.
—Sé que estás molesta y lo entiendo —buscaba mi mirada, pero me negaba a verlo —un simple "hola" hubiese sido más agradable que lo que dije...
—Ya lo creo.
—Así que... hola —su voz salió de forma suave y dulce, atrayéndome.
Y por segunda vez en la noche me sentí como una tonta, sus ojos parecían hipnotizarme, él me dio una sonrisa seductora como si nada hubiese pasado
Descarado...
—No acepto tus disculpas —trate con todas mis fuerzas de mantener la compostura, pero una sonrisa juguetona se me escapo —aún me debes un café.
—Y no se me olvida, créelo —en sus ojos había una intensidad que nunca había visto, trague en seco —he tenido mucho trabajo, lo lamento en serio.
—Desde que te conozco que no es mucho tiempo, no haces más que disculparte —dije divertida casi burlándome de él.
—Estas hermosa... —su voz sonó ronca haciendo que mi sonrisa desapareciera.
ESTÁS LEYENDO
Estrellada (TERMINADA)
RomanceSara es una joven reservada que realiza sus prácticas universitarias en una revista a pesar de que no conoce nada del mundo de la farándula. Un día cualquiera conoce a Michael, la atracción de ambos es palpable sin embargo una de las cosas más impor...