Sara es una joven reservada que realiza sus prácticas universitarias en una revista a pesar de que no conoce nada del mundo de la farándula. Un día cualquiera conoce a Michael, la atracción de ambos es palpable sin embargo una de las cosas más impor...
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Los tres nos quedamos en silencio por unos segundos. Michael tenía una expresión dura que yo no comprendía. Con una de mis manos comencé a acariciarle el cabello con la intensión de que se relajara un poco. Michael me vio y me sonrío, agradeciendo el gesto.
Ambos nos quedamos viendo a Mónica a la espera de que se explicara.
— Yo no te recuerdo, lo siento — rompió Michael por fin el silencio
¿Por eso se había puesto tan tenso? A lo mejor estaba avergonzado de no recordar a mi amiga
— oh, no. En realidad no creo conocerte, pero te me haces demasiado familiar, solo que no se de donde — Mónica se tocó la cabeza, como si le doliera — olvidalo, he peleado con mi novio y he tomado más copas de vino de las que debería —confesó avergonzada
— ¿Te duele la cabeza? ¿Quieres que te traiga algo para el dolor? — le pregunté preocupada
— Descuida, tengo en mi habitación. Iré a descansar, buenas noches chicos. Ah, y un placer — le sonrio a Michael y se marchó a su habitación
Cuando se escuchó cerrar la puerta de la habitación Michael se acercó y me dio un beso en la punta de la nariz.
— Creo que debería irme — dijo pero sus manos seguían a mi alrededor
—¿Tan pronto? — lo envolví aún más con mis piernas, como si no quisiera que se fuera nunca. Michael solo sonrió
— ¿Que vas a hacer mañana?
— Iré a jugar tenis con Harry por la mañana, probablemente Mónica se nos una, teniendo en cuenta la pelea con Andrés, seguro querrá descargar su rabia
— ¿Te gusta el tenis?
— Si — confesé emocionada— ¿y a ti?
— prefiero el surf, como buen australiano. Pero algún día podríamos jugar — dijo con ilusión — aún no se si mañana tendré cosas que hacer de trabajo, te estaré avisando.
Me dio un corto beso en los labios y me bajó de la encimera. Tomo mi mano y caminamos hacia la puerta principal
— Un momento... — solté su mano, a lo que Michael giró hacia mí extrañado— ¿Cómo vas a avisarme? No tienes mi número — Michael sonrió
— No lo necesito — se acerco a mi inclinándose para poder besarme, me puse de puntillas y mis manos alrededor de su cuello, dejando que él profundizará el beso tanto como quisiera — quiero mantener esto lo más a la vieja usanza posible, nos vemos love — me guiñó un ojo y salió por la puerta
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