Capítulo 38 - Las palabras de Mónica cobran sentido

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Michael

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Michael

Salgo de la oficina de mi padre con una sonrisa, estuvimos allí mucho mas tiempo del que yo me imaginaba, alrededor de veinte minutos, en donde mi padre me hablo de las decisiones impulsivas y de la importancia del compromiso. Pero al final ambos llegamos a la misma conclusión, aquello no era una decisión tomada a la ligera, o un capricho, nada de eso. Era algo de lo que estaba seguro ¿impulsivo? A lo mejor sí, a lo mejor era demasiado pronto, pero ¿Por qué esperar más? si yo estoy tan seguro de lo que siento y mis intenciones.

Se que es algo arriesgado porque nunca sabes como puede reaccionar la otra persona, pero yo sabia que era algo que tenia que hacer, sin más, debía hacerlo. Mi cuerpo y mi mente y mi corazón y cada célula de mi cuerpo me gritaba y me incitaba a lanzarme por ese precipicio, y si era sincero no me importaba las consecuencias, si recibía una respuesta negativa no me daría por vencido tan rápido, lo intentaría mil veces si fuera necesario hasta que la respuesta sea en positivo.

Cuando salgo veo que la mesa está prácticamente lista y veo a Sara hablando con mi abuela muy tranquilamente, como si fueran las mejores amigas, que se conocen de toda la vida y tienen siglos sin verse y están poniéndose al día. O incluso mejor, como si fuera su propia nieta. Imposible no enamorarme de esa escena, la guardaría en mi memoria hasta el fin de mis días.

—Hola, abuela —le doy un beso en la mejilla

—Sara es una jovencita encantadora —dice con ilusión —gracias por traerla finalmente

Intercambio una mirada con Sara, ella esta feliz de estar aquí y yo estoy feliz, mas que feliz de que ella este aquí.

Mi madre solicita nuestra ayuda y vamos todos a ayudarla a terminar de poner la mesa y llevar la comida, nos sentamos y damos las gracias, cada uno dice algo bonito y especial, y siento que mi corazón explotara antes las bonitas palabras de Sara, mencionando lo contenta que estar de compartir con una familia tan especial y unida, y de estar en esta maravillosa ciudad, Matt no desaprovecha la oportunidad para decir un "deberías quedarte" y ella sin pensar responde "debería" lo que me recuerda a mi propio intercambio de palabras con mi hermano.

La cena trascurre entre charlas ligeras y risas contagiosas. Luego de un buen rato Harry y Maya se despiden de todos y yo aprovecho con Sara para despedirnos también, Sara que debería estar como una lechuga por haber dormido tanto en el avión parece que tiene tanto sueño como yo que casi no dormí nada durante el viaje. El recorrido en coche no es demasiado largo, cuando llegamos entramos a casa tomados de la mano y vamos directo a la habitación donde veo como Sara baja la cremallera de su vestido y este se desliza hasta caer al suelo, dejándola en ropa interior, y de repente todo el sueño que podía tener simplemente desaparece, desaparece porque mi cuerpo me grita que le haga el amor a esa mujer.

Sara se gira y se da cuenta que me la estaba comiendo con la mirada, su vista baja hasta mi entrepierna que comenzaba a endurecerse.

—Parece que tiene un pequeño problema —dice mientras suelta una risita baja

Estrellada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora