Sara es una joven reservada que realiza sus prácticas universitarias en una revista a pesar de que no conoce nada del mundo de la farándula. Un día cualquiera conoce a Michael, la atracción de ambos es palpable sin embargo una de las cosas más impor...
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Senti el sudor resbalar por mi frente. Agite mi brazo con tanta fuerza que me dolió pero ignoré la punzada que me recorrió. Corrí con rapidez hasta el otro extremo de la pista y golpeé nuevamente la pelota con la raqueta con fuerza. Mi cuerpo estaba caliente por el esfuerzo físico que hacía pero sobretodo por el enojo. Harry llegó a tiempo y golpeó la pelota. Me puse en posición para devolversela pero en cuanto la golpeé la pelota no llego hasta su lado de la pista, en su lugar golpeó la red que nos separaba.
—¡Ah! — grite furiosa — ¡Mierda! — me desahogue
La noche anterior luego de ver aquello Michael me quitó el teléfono y me obligó a no ver nada más, insistiendo que lidiariamos con ello a la mañana siguiente pero no logré dormir en toda la noche, me despertaba constantemente y a eso de las cinco de la mañana no aguanté más y me levanté de la cama y aprovechando que Michael dormía revisé mi móvil. Todas las cosas que decían eran espantosas. Enojada... ¡no! Furiosa me escapé del apartamento de Michael y llamé a Harry para ir a jugar tenis. Necesitaba drenar todo lo que estaba acumulando. Ya llevábamos dos horas jugando y desde hace media hora Michael había empezado a llamarme, seguro que se había despertado y al no encontrarme se preocupó.
— ¿Estas bien? — llego Harry a mi lado y me ofreció una botella de agua que acepte.
—No, no estoy bien — me queje— no pueden ni escribir bien mi nombre. ¡Mi nombre no lleva una maldita h al final! — tome agua y me moje un poco el rostro, estaba agotada — Soy latina, no estadounidense — volví a hablar a pesar de que mi respiración seguía muy agitada.
Me senté en el suelo de la pista y Harry se sentó a mi lado.
— Tienes que hablar con Michael. Es probable que vaya a peor antes de mejorar — suspiro — ni siguiera han hablado de todo lo que sucedió en Madrid
— No tenía ganas, solo quería disfrutar cada momento con él
— Lo sé, pero ya es hora.
— Lo sé — recosté mi cabeza en su hombro
Nos quedamos así por unos minutos, descansando. Luego mi teléfono sonó una vez más.
— Ya contesta el móvil, debe estar muy angustiado. — asentí y contesté.
— Hola... — dije sin muchas ganas. Me levanté del suelo y me aparté un poco
— ¡Por fin contestas! — note alivio en su voz — ¿Dónde estás? Estaba preocupado, cuando desperté no estabas
— No podía dormir, me levanté muy pronto y terminé revisando el móvil...
— Love...
— Y todo fue tan horrible... — me quebré — Necesitaba distraerme así que vine a jugar tenis con Harry — dije con apenas un hilo de voz
