Sara es una joven reservada que realiza sus prácticas universitarias en una revista a pesar de que no conoce nada del mundo de la farándula. Un día cualquiera conoce a Michael, la atracción de ambos es palpable sin embargo una de las cosas más impor...
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Michael
—Todo va a estar bien —le beso la frente a mi pequeña latina
Desde el otro día que le había propuesto a Sara ir conmigo a Australia se había puesto muy nerviosa, trate de que se relajara un poco y vaya que lo intente, dios sabe que lo hice. Y ya saben a qué me refiero, no tengo que ser especifico en como mi lengua se deslizo por su entre pierna, o en las caricias y mimos que le daba cada vez que podía. La cuestión es que ni con el arduo trabajo que hizo mi lengua o los mimos o caricias Sara se relajaba del todo. De cierta forma era tierno y adorable verla de esa forma, nunca había tenido suegros y nunca había tenido que conocer y presentarse como la pareja de alguien, pero entendía sus nervios, sus inseguridades, si fuera mi caso yo también estaría cagadísimo, es solo que ya sabemos que yo soy un romántico y cuando conocí a los padres de Sara lejos de ponerme nervioso estaba emocionado.
—¿Qué pasan si me odian? ¿si no les caigo bien? —comenzó a hablar nerviosa mientras acomodaba las cosas en la maleta, yo la observaba acostado en su cama —¡Madre mía! ¿y si se creen lo que dicen por ahí? ¡Se van a pensar que soy una rompe relaciones! —la vi llevar las manos a la cabeza, menos mal, porque sino de la angustia que tenia seguro que perdía (literalmente) la cabeza. Me fue inevitable reír, a lo que ella no tardo en darme una muy mala mirada.
—No van a pensar nada de eso, Love —le hable con dulzura —ya he hablado con ellos, ellos están al corriente de que nunca tuve nada con Debby
—Bueno... —tenia la vista en la pared, como si fuera muy interesante la pared blanca, o estuviera esperando que le susurrara algún secreto
—¿Qué pasa? —me senté en la cama, pero no obtuve respuesta, así que finalmente me puse de pie y caminé hasta ella —Love... —la llame tomándola por el mentón
Que dios me perdone porque se que esta nerviosa, angustiada y la esta pasando mal, pero se ven tan jodidamente adorable.
—Solo estoy muy nerviosa... —admite —estoy tan nerviosa que me duele la panza —se toca su abdomen hinchado.
Sara no era una mujer super mega delgada, a ver... me explico, no como las modelos o actrices que conozco, que son tan delgadas que siento que, si caen, resbalan o dan un mal paso se romperán. Sara tiene un cuerpo bastante definido porque toda la vida a practicado mucho deporte y en cuento a la comida me he dado cuenta de que no suele prohibirse nada, come lo que quiere sin llegar al abuso y a la gula, tiene un apetito saludable. Y su abdomen no es planísimo como muestran a las mujeres en casi todas las revistas, pero es perfecto, a mi me encanta tanto. Sara podría tener mil quinientos kilos demás y a mí me seguiría encantando.
Sonreí de medio lado viendo su abdomen hinchado una vez más.
—Pronto me debe de llegar la menstruación, eso me tiene mas sensible —admite con algo de vergüenza.