Sara es una joven reservada que realiza sus prácticas universitarias en una revista a pesar de que no conoce nada del mundo de la farándula. Un día cualquiera conoce a Michael, la atracción de ambos es palpable sin embargo una de las cosas más impor...
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Seis meses después
Sara
Seria una completa mentirosa si dijera que no se me derritió el corazón cuando Michael se arrodillo ante mí y me pidió matrimonio, cuando me di cuenta de que ya lo había estado planeando, que no era una cosa que me dijo por obligación, no. Me lo dijo porque realmente quería pasar el resto de su vida a mi lado.
Me arrodille frente a él porque tenia la seguridad de que éramos iguales, aunque el tuviera esas cosas caballerosas y antiguas como abrirme la puerta del coche, no lo hacia porque el creyese que yo era incapaz de algo tan mundano como abrir la puerta de un coche, lo hacia porque era su forma de demostrarme que me quería. Que me amaba.
Éramos iguales, aunque yo le dijera que era suya y el me dijera que el era mío, porque de una forma extraña y hermosa, nos pertenecíamos, pero también éramos libres. Y creo que eso es lo mas bonito del amor, no existe una forma perfecta de amarse o de llevar una relación, creo que cuando encuentras a la persona perfecta para ti se acoplan el uno al otro de tal manera que hay un equilibrio entre pertenecer a quien amas pero también de tu propia independencia, o por lo menos eso fue lo que me paso a mí.
—¿Qué estas leyendo? —me pregunta Michael antes de entrar a casa, tal y como me lo había imaginado hace tiempo.
Con un bañador azul, con el agua deslizándose por su cuerpo, con su piel dorada y una sonrisa mas que encantadora. Deja la tabla de surf recostada en la pared de afuera y lo primero que hace es darme un beso en los labios.
—Un romance vampírico, ya sabes lo mucho que me gusta —contesto y casi suena a mentira, porque justo esa mañana mas que leer, estaba pensando en él y sobre todo en nosotros
Después de que nos comprometiéramos Michael y yo nos quedamos en una especie de burbuja, en donde los teléfonos y las obligaciones pasaron a un segundo plano y solo estuvimos el uno para el otro. Eso duro una semana, una maravillosa semana, porque luego debíamos volver a la rutina. Anunciamos el compromiso muy pronto, a su familia durante una cena un domingo y a mi familia por videollamada, pero me lleve a Michael a Miami para navidades tal y como mi madre me había hecho prometerle, pasamos fin de año con su familia y reyes magos con mi padre, que me complace anunciar que a adoptado a Michael como el hijo que nunca tuvo.
Hay que recalcar que nuestros amigos también están muy felices por nosotros, cuando hable por fin con Mónica le conté todo, fue muy gracioso como ella criticaba mi poca habilidad de captar indirectas cuando ella tenia sospechas de que estaba embarazada, aunque bueno, al final no lo estuve, pero igual nos reímos de como sucedió todo. Harry sigue feliz con Maya, es una dicha, porque siempre lo veo en reuniones familiares de los Hartman.
Los primeros dos meses fueron complicados, Michael aun debía terminar de rodar la película en Los Ángeles, así que mientras yo me quedaba en Australia el pasaba mucho tiempo fuera. Para mi suerte entre adaptar el manuscrito a guion con Alex a la distancia, escribir la segunda entrega de la película y planear una boda me pasaba los días muy ocupada, pero por las noches cuando iba a dormir en esa cama tan grande siempre lo extrañaba.