Capítulo 19 - Lo justo y lo necesario

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Me quedé absorta viéndolo, viendo aquellos ojos que me habían impactado desde el primer día

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Me quedé absorta viéndolo, viendo aquellos ojos que me habían impactado desde el primer día. Viendo su rubia cabellera que tanto me había gustado, viendo su dorada piel que tantas ansias me daban por tocar. Viendo sus rosados labios que tanto me llamaban para que los besara. Viéndolo a él. Él era más que una cara bonita, era dulce, atento, un hombre chapado un poco a la antigua, con detalles de esos que te hacen suspirar, con atenciones que ya nadie hace, era un caballero de esos que siempre te imaginas, de esos que hacen lo que sea por ti, que te dan la cita soñada pero mejor de lo que te habías imaginado porque era real.

Tenia muchas alarmas encendidas en mi cabeza, mi yo de antes se rehusaba a continuar con esto, pero yo no era la misma de antes, no lo era. Casi no quedaba nada de mi yo del pasado.

Michael me miraba a la espera de que dijera algo o hiciera algo. Yo solo lo miraba. Él tenía miedo de verdad, lo podía ver en sus ojos, tanto miedo como yo. Justo en aquel momento me sentía como en una burbuja, como si solo él y yo existieramos, nadie más. Y en aquellos segundos que parecieron horas millones de pensamientos pasaron por mi mente, pero hubo uno que destaco entre todos.

Él me quería

Sabía que era real. Tenia que serlo.

Recorde todos los momentos a su lado, recordé todas las risas, los besos y caricias. Y recordé como quiso siempre protegerme, como antepuso mi bienestar ante su deseo, como evito varias veces que diéramos ese gran paso. Siempre se mantuvo firme, no permitió que hiciéramos el amor no porque no lo quisiera, sino porque no hubiese sido justo para mí,  no sin saberlo todo. Dentro de su mentira había honestidad también, las cosas no eran todas blancas o todas negras, hay matices, hay grises.

Michael no era cualquier chico, él era un hombre. De esos que te arrebatan el aliento. Yo conocía bien los riesgos del amor, pero junto a él todo parecía valer la pena, yo tampoco cambiaría este verano aunque eso me evitará el dolor que siento ahora, porque durante este verano también he aprendido muchas cosas y a pesar de estar herida ahora también sane cosas de mi pasado y soy una nueva persona, me permití querer.

Y él tenía razón, si lo hubiese sabido todo desde el principio jamás le hubiese dado una oportunidad. Una parte de mi agradecía aquella mentira, porque sin esa mentira no estaría donde estoy ahora, con él. 

A pesar del riesgo que sabía que suponía me lancé. Me lancé a la piscina llena porque ya me estaba ahogando, no podría perder nada en este punto, de hecho podía ganar, podía ganar mucho, a él y a todo lo que estar junto a él significaba.

Suspire largo, rindiendome. Todo mi cuerpo dolía,  ansiaba tenerlo más cerca, mucho más cerca. A pesar de mi deseo de lanzarme sobre él fui cauta. Me aproxime a él nerviosa, temerosa del paso que estaba dando. Michael se quedó muy quieto, solo observando, como si tuviera miedo de que si hacía cualquier movimiento yo me arrepentiría.

Nuestros labios se rozaron ligeramente y sin postergarlo más junte mis labios con los suyos. Fue un pequeño y corto beso, me separé de él para mirarlo a los ojos y allí me lo dijo todo, sus ojos, su mirada y la mía comunicaban más que las palabras. Había admiración, amor y deseo. Habia ansias uno del otro en todos los aspectos existentes y por existir.

Estrellada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora