Capítulo Tres.

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Lunes, 29 de octubre del 2018

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Lunes, 29 de octubre del 2018.

Un día, en enero de este año, estaba sentado en los escalones de la playa Haeundae con la mirada perdida en el mar. No recuerdo qué me tenía así de distraído, aquel mes estuve así por un tiempo, en especial ese día. Estaba muy concentrado en mis pensamientos, viendo fijamente un punto del horizonte sin prestarle atención a nada de lo que ocurría a mi alrededor. De la nada, me di cuenta de que una chica se había detenido en el punto exacto que estuve observando, y por un momento, antes de notarlo, la estuve mirando fijamente. Aparté la mirada de inmediato, muy avergonzado. Sé que ella también se dio cuenta, pero no dijo ni hizo nada, solo se fue. Desde entonces la he visto allá casi cada vez que voy, que tiende a ser los fines de semana. La miro a lo lejos, me parece curioso encontrarla tan seguido. Nunca tuve la intención de hablarle, sin embargo, por alguna razón verla me da una sensación de familiaridad.

Ahora, meses después, aquella chica y yo llevamos una semana entera hablando por mensajes. Me escribe de noche, luego de estudiar, y me cuenta sobre su día, o me hace preguntas sobre el mío. Yo... todavía no entiendo cómo pasó esto...

Durante las clases en la escuela sigo pensando en ella y nuestras conversaciones. Es algo tan fuera de lo común que quiero hablarlo con alguien, pero no tengo con quien. No tengo amigos ni en la escuela ni en el trabajo, y no hablo mucho con mi hermano, menos después de lo que pasó. Ciertamente, esto es lo negativo de tener una vida solitaria.

Aunque... creo que sí podría hablarlo con alguien.

Termino de comer mi almuerzo; hace mucho ruido en la cafetería, es molesto. Miro al chico que está sentado frente a mí. Kim Chan Yeol no sólo ha sido mi compañero de clases por toda la escuela superior, también trabajamos juntos. Es la única persona a la que podría considerar «amigo».

Él es una de las pocas personas que me hablan en el salón de clases. A diferencia de los demás, no me busca únicamente para que le preste los apuntes o lo ayude a estudiar.

Respiro profundo. Estos tres años él siempre ha sido el primero en intentar iniciar una conversación, hoy me toca a mí.

—Conocí a una chica —suelto, apoyo la barbilla sobre mi mano. Kim Chan Yeol se queda mirándome, deteniendo su mano a punto de tomar otro pedazo de gimbap con sus palillos. Decido proseguir—. Nos conocimos en la playa y ahora me escribe todos los días.

Él le da un trago a su bebida y me observa con atención. Es difícil encontrar las palabras para lo que quiero expresar.

—¿Te gusta? —cuestiona antes de que pueda continuar.

—¡No! —exclamo, quizás un poco a la defensiva—. Sólo me agrada, me gusta hablar con ella —admito—. Siempre habla sobre sus amigos y me envía fotos de las cosas que hace. —Una sonrisa se dibuja en mi cara, sacudo la cabeza para concentrarme—. Dice que quiere verme de nuevo.

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