Capítulo Once.

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Sábado, 22 de diciembre del 2018

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Sábado, 22 de diciembre del 2018.

—¿No quieres acompañarme? —pregunto, meto los brazos dentro de mi chaqueta negra.

—No, estoy bien así.

Tae Min tiende su cama y evita mirarme. Me pregunto si le está molestando mi insistencia, pero me da igual, es más importante que descanse.

—Al menos promete que vas a salir hoy —decido ayudarlo con su cama—, podrías salir con tus amigos de la escuela.

—Ah... Prefiero no hacerlo. —Sacude la cabeza—. Me di cuenta de que son unos idiotas, en especial Shin, ya sabes, el mayor.

Tiene razón, no los conozco muy bien, pero, por lo que he visto, lo son.

—Entonces... podrías llamar a esa chica, la que aún habla contigo.

—¿Han Na Rin? —Hago un gesto afirmativo—. No quiero que piense que quiero volver...

—Dile que salgan como amigos, o no sé —resoplo, rascándome el cuello—. ¿Por qué no quieres ir conmigo?

Tae Min se sienta en el borde de la cama. Horas antes, Soo Yeon me invitó a salir con él, Yeon Gi y Ji Won. Min Su no irá porque sus padres acaban de volver a Busan. Intento convencer a mi hermano para que vaya conmigo, pero continúa negándose.

—Está bien, llamaré a Na Rin —expresa, cruzándose de brazos—, ¿feliz?

—Sí, lo estoy —contesto, él pone los ojos en blanco. Estaré más tranquilo sabiendo que no pasará el día encerrado aquí—. Vuelvo más tarde.

Los chicos y yo nos encontramos adentro de la tienda departamental Shinsegae Centum City, lugar al que pocas veces he entrado. Este sitio es verdaderamente gigantesco, tanto que siempre que vengo me quedo mirando hacia arriba asombrado. Hoy, por primera vez, Lee Ji Won me saluda en vez de mirarme con desagrado. Soo Yeon me explicó por mensaje que quería que lo acompañáramos a comprarle un regalo a su novia, que cumplirá años en navidad.

—Sí sabes que faltan tres días para navidad, ¿cierto, hyung? Porque si es así debiste hacerlo con tiempo —Yeon Gi lo regaña, negando con la cabeza.

—Estuve ocupado con la universidad, lo entenderás cuando crezcas.

—¿Qué planeas regalarle? —indaga Ji Won.

—Aún no lo sé, tal vez ropa o maquillaje. Deberían aprovechar para comprar los regalos del manitto —agrega, se inclina un poco hacia mí y dice en voz baja—: Tenemos la costumbre de hacer un intercambio de regalos en navidad, si quieres te puedes unir.

—Ah... no estoy seguro, no sabría qué darles ni ustedes a mí.

Soo Yeon se encoge de hombros y se endereza. Es tan alto que tengo que alzar la cabeza para mirarlo a la cara.

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