Capítulo Veintitrés.

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Jueves, 17 de enero del 2019

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Jueves, 17 de enero del 2019.

Ni Chan Yeol ni yo esperábamos que el plan de las chicas funcionara, pero nos damos cuenta de que tal vez subestimamos el poder de las redes sociales. Varias veces llegué a ver el local «lleno», pero jamás de esta manera. Incluso el padre de Chan Yeol está impresionado.

—¿Qué fue lo que dijiste que hizo tu novia? —le pregunta a su hijo.

—Soo Bin y la novia de Tae Joon le tomaron fotos al local y abrieron un perfil para hacerle publicidad —explica.

—¿Y ya? ¿Sólo eso trajo a todas estas personas?

Por ahora la ola de clientes se calmó, tenemos un momento para respirar y ver lo que logró una sesión de fotos. Todos los clientes están sentados charlando, tomando fotos de sus pedidos o simplemente comiendo. Es... El que haya funcionado me deja sin palaras.

El señor Kim nos deja solos detrás del mostrador, tomamos asiento en nuestras incómodas sillas y descansamos hasta que más personas entren.

—¿Vas a hacer lo que dijo tu papá? —pregunta.

—Ah, no lo sé... No me gusta hacer enojar a mamá.

Le comenté sin darle muchos detalles sobre la propuesta que me hizo papá hace unos días. El problema es que al no conocer la historia completa puede que no entienda por qué dudo tanto.

—No comprendo por qué ella se enojaría por eso.

—Digamos que es una larga historia —suspiro.

—Creo que deberías considerarlo —insiste, se endereza al escuchar la campana de la puerta que anuncia la llegada de más clientes—. Bueno, a trabajar.

Después de una larga y ocupada jornada laboral bajo del autobús y me dirijo hacia el edificio en el que vive Yeon Gi. Durante el descanso me envió un mensaje invitándome a jugar videojuegos con él.

Al llegar Yeon Gi me abre la puerta, tiene puesto un suéter verde sobre una camisa negra. En su apartamento nos recibe un señor gigante con brazos musculosos y cara más seria de lo normal, su padre. Yeon Gi va hacia él y felizmente abraza al hombre con cara asesina, le explica quién soy y por qué estoy aquí. Me quedo mudo, verlo me hace sentir intimidado, es aún más alto que Soo Yeon, y él es la persona más alta que conozco.

Yeon Gi me guía a su habitación, la cual está llena de mercancía de anime y cómics. Es pequeña, con una cama individual, un puff junto a esta, un escritorio bastante ordenado donde yace la maleta con lápices de colores que le regaló Soo Yeon en navidad, el armario, los estantes y el televisor con la consola. En la mesa del televisor hay varios retratos enmarcados de Yeon Gi y sus padres. Me llama la atención uno donde Ji Won está con ellos, parece ser durante una celebración como el Seollal.

Black SheepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora