Capítulo Veintiséis.

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Sábado, 19 de enero del 2019

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Sábado, 19 de enero del 2019.

Durante el trayecto a su casa cae una suave llovizna casi imperceptible, las finas gotas de lluvia golpean la ventana en una caída constante, tanto como la frecuencia con la que mi teléfono vibra con los mensajes y llamadas. Mi hermano debe estar llamándome para saber qué pasó, o siendo más específico, a dónde fui... Me arrepiento de dejarlo allá solo.

En cuanto llegamos saco mis pertenencias del auto y entramos a su casa; Min Ho salta a los brazos de Min Su apenas la ve. Dejo mi maleta y mi bolsa en el cuarto para invitados. En todo el camino estuvimos en silencio, no hemos hablado desde que entré en el auto. Me dejo caer en el sofá gris de la sala y Min Ho se acuesta en mi regazo.

Min Su me entrega un vaso con agua antes de sentarse.

—¿Ya puedes contarme la larga historia? —pregunta.

Veo la pantalla del teléfono en mi mano; se ven varias llamadas perdidas de papá y mi hermano. Lo dejo sobre la mesa, donde su vibración resuena con mayor intensidad. Los llamaré más tarde.

Min Su pone su mano sobre mi brazo, al verla noto lo preocupada que está. Me mantengo callado. Tengo que dejar de pensar en mi teléfono justo ahora.

No quiero decirle, no quiero hablar de esto.

—Tae Joon... dime que pasó.

Pasa sus dedos con cuidado por mi rostro golpeado, causando que por reflejo me aleje. No quiero decírselo. No tiene sentido decírselo.

—¡Dime algo! —espeta, frustrada— ¡Sólo quiero ayudarte!

—¡No puedes ayudarme! —contesto— ¡No hay nada que puedas hacer sobre lo que pasó!

—¡Al menos cuéntame qué ocurrió!

—¡Basta! ¡Deja de hacer preguntas! —bramo, respiro hondo para calmarme—. Lo siento, no quise hablarte así... No es importante, de verdad.

—Para mí es importante saber por qué te escapaste con maletas y por qué parece que te golpearon —musita.

Suspiro, ella me imita. Rasco la cabeza del gato en silencio, sintiendo su ronroneo. Todavía se escucha la débil pero insistente vibración del teléfono.

—Supongo que tampoco me dirás por qué no quieres contestar tus llamadas —añade, cruza los brazos sobre su pecho.

Sacudo la cabeza despacio.

—No es importante —repito—. Si supieras lo que pasó pensarías que soy un tonto por dejar que algo así me afecte tanto.

—Tae Joon, no te voy a juzgar —sentencia—. Sólo quiero que estés bien, ¿entiendes? Porque... me importas y en serio me frustra no saber qué te tiene así.

—Lo... Lo siento —murmuro, niego con la cabeza.

—Descuida... Ven, acuéstate.

Pone un cojín sobre sus piernas y le da unos toques para que apoye mi cabeza sobre él. Titubeo, pero termino haciéndole caso. Dejo a Min Ho en el suelo, me quito los lentes y me acuesto sobre sus piernas. Ella acaricia mi cabello con una mano.

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