Capítulo Treinta.

65 10 5
                                    


Domingo, 27 de enero 2019

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Domingo, 27 de enero 2019.

Abro los ojos despacio, creo que es la segunda vez que me despierto desde que me acosté a dormir, con la esperanza de que ya sea de día. Deben ser las tres o cuatro de la mañana, a juzgar por la oscuridad que me rodea. En la otra cama, Min Su duerme con la cabeza apoyada sobre su brazo.

Siempre tengo estos problemas para dormir, tendría que estar demasiado cansado para poder dormir sin despertar dos o tres veces en toda la noche. Frustrado, me siento sobre la cama y bostezo. Se escucha el murmullo ininteligible de Min Su, lo que me causa gracia.

Estiro mis brazos por encima de mi cabeza, muevo mi cuello a los lados, giro mi torso. Estpy listo para intentar conciliar el sueño otra vez. Un momento, empiezo a sentir algo raro en mi nariz... y estornudo, tal vez demasiado fuerte, pues la oigo removerse en su cama.

—¿Tae Joon? —murmura Min Su con voz ronca—. ¿Qué fue ese ruido?

—Estornudé.

Ella también se sienta en su cama y pasa sus nudillos con cuidado sobre sus párpados.

—Me asustaste... —se queja entre bostezos—. Estornudas muy fuerte, podrías despertar al resto del hotel.

Bufo con diversión.

—Sí, disculpa.

—¿Qué haces despierto?

—No lo sé, solo desperté. Suele pasarme a estas horas —digo, me deslizo entre las sábanas una vez más.

—¿No hice nada que te despertara? Como roncar. No ronco, ¿cierto? —Por su tono de voz se nota su preocupación genuina hacia la sola idea de roncar.

—No, pero hablas dormida. Eso no me despertó, lo haces como en un susurro.

—¿Hablo dormida? —Su tono de voz cambia a uno de genuina sorpresa—. Estás bromeando... ¿verdad?

—Para nada, al principio creí que tratabas de decirme algo.

La escucho gruñir, me río en silencio por su reacción.

—¡Qué vergonzoso! —susurra.

Me giro para quedar de frente a su cama y abrazo la almohada. A través de la ventana tras ella se cuelan las luces de la ciudad. Siempre he disfrutado ver las luces en la noche.

—Tae Joon, ¿puedo preguntarte algo? —musita, hago un ruido afirmativo— ¿Extrañas tu casa?

Lo pienso unos segundos, aunque no es necesario.

—Claro que sí.

—Quisiera poder ayudarte...

—Ya lo hiciste —le recuerdo.

—¡Pero desearía poder hacer más por ti! —exclama.

—Hay cosas que se escapan de nuestras manos —indico—. Ya hiciste todo lo que podías... y no tienes idea de cuánto te lo agradezco.

Black SheepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora