Martes, 8 de enero del 2019.
Abro con cuidado la puerta del baño, me aseguro de que no haya moros en la costa. Unos minutos atrás escuché la voz de mamá afuera, sonaba molesta, no quería empeorar las cosas al salir. No comprendo cómo lo hace, pero con solo mirarme se le ocurren cientos de temas por los que darme un sermón.
Salgo con cautela, como un ninja, y camino de puntillas hasta el cuarto de Tae Min. Lo encuentro sentado en su cama con la cabeza agachada.
—Está molesta conmigo por «no tomar en serio mis estudios» —murmura, anticipando la pregunta que estaba a punto de hacerle—. Dice que no quiere que termine como tú.
Suspiro con pesadez; sin dudas es doloroso oír las cosas que dice de mí, pero a este punto estoy acostumbrado. Es cierto, soy un fracaso. Es un hecho. Y entiendo que no quiera que él vaya por el mismo camino que yo, pero trato de que no vaya por el camino que ella me llevó a mí.
Me siento junto a él en silencio, rodeo sus hombros con mi brazo.
—No tienes que hacerle caso a todo lo que dice, lo sabes ¿cierto?
—Lo sé, pero... Me da algo de miedo —admite con vergüenza.
Es verdad, ella asusta cuando se enoja. Incluso a papá le da miedo, solo que no lo admite.
No quiero que mi hermano empeore, menos después de lo que mejoró el mes pasado. Tengo que hacer algo para distraerlo. Veamos, necesito una idea... ¡Ah! Sí, podría funcionar.
—¿Quieres salir a caminar?
—Es muy tarde, además mamá está a punto de castigarme.
—No tiene que enterarse —respondo, él me mira confundido—. ¿Cómo crees que iba a la playa cuando estaba castigado?
He aquí el gran secreto que le oculté a mi familia estos últimos años: A veces, cuando estoy especialmente ansioso, me escapo por la ventana de mi habitación. Tiene el tamaño perfecto para que mi delgado cuerpo pase, además de una buena altura, ya que no está muy alejada del piso. Suelo hacerlo cuando todos están dormidos, en la medianoche. Así es como lo he mantenido oculto.
Esperamos unos minutos por si mamá despierta, cuando parece que no hay de qué preocuparse me pongo un suéter sobre el pijama y me aseguro de guardar mi tarjeta de débito y mi teléfono en los bolsillos. Primero sale él con torpeza, por poco se golpea la cabeza con el marco de la ventana. Antes de salir veo a mi abandonado ukelele apoyado en el suelo contra mi escritorio. A último momento decido tomarlo y salir con él.
Sí, sé que escaparme de esta manera en cierta forma le da la razón a mamá, pero si no lo hiciera en momentos como este podría haber ocurrido algo peor, mucho peor que salir por la ventana para ir a ver el mar.
Tomamos un taxi hasta la zona de Haeundae donde se encuentra la playa; antes hacemos una parada en una tienda de conveniencia para comprar algo de beber, una leche de chocolate para Tae Min y para mí una soda. Caminamos por los cortos escalones de la playa y nos sentamos frente al mar.
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Black Sheep
RomantizmTae Joon, un joven tímido y solitario, tendrá que aprender a salir de su zona de confort al conocer a Min Su, una chica que aparenta ser todo lo contrario a él. 💙 Por varios años la vida de Tae Joon se ha basado en estudiar para tener un buen futur...