Capítulo Treinta y dos.

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Lunes, 28 de enero del 2019

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Lunes, 28 de enero del 2019.

Tenía la esperanza de disculparme con ella antes de volver a Busan, pero al despertar descubro que Soo Yeon está sentando junto a la ventana conversando con Min Su mientras dos niños, sus hermanos menores, juegan con carritos y muñecas en el suelo. Algo completamente inesperado para mí. Además, la niña parece estar usando mis lentes.

—Chae Yeon, deja eso, no son tuyos —le regaña su hermano mayor, la niña vuelve a ponerlos sobre la mesita de noche—. Bien hecho. Ah, buenos días, Tae Joon —añade.

—Buenos... días —mascullo, todavía en el umbral entre el sueño y la vigilia.

Tomo mis lentes, los limpio con cuidado y me los coloco. Parpadeo unas cuantas veces para acostumbrarme a la luz. Veo a Min Su continuar su charla con él y me pregunto en lo más profundo de mi ser si está enojada conmigo. No hablamos después de lo que pasó, todo lo que hice al salir del baño fue acostarme a dormir, ya que seguía hablando con Yeon Gi.

Un vacío hace presencia en mi pecho por la idea de que no pueda arreglar esto.

Soo Yeon se queda con nosotros toda la mañana, así que no consigo un momento a solas para hablar con ella. Espero poder decírselo de vuelta en Busan, pero no sé qué pasará después de esto.

En el viaje de regreso en tren mantengo la mirada perdida en el paisaje a través de la ventana, cuando de repente alguien toca mi hombro. Min Su me acerca uno de sus audífonos, sin mirarme.

—¿Quieres escuchar música conmigo?

Tomo el audífono, no sé qué decir así que me quedo callado. Tarareo por lo bajo la canción que se está reproduciendo. Respiro hondo. Parece que sí está molesta conmigo. Bien, no creo que una disculpa pueda arruinarlo más.

—Min Su —suelto, todavía de frente a la ventana—, lo siento mucho por... lo que pasó ayer...

Cierro los ojos, apoyo mi frente contra el cristal concentrándome en la música.

—No te preocupes, en serio —murmura al cabo de un rato—. No estoy enojada, si es lo que crees...

Me volteo para mirarla; ella juega con sus dedos, cabizbaja. Aunque parece decir la verdad no quiero arriesgarme a incomodarla más.

—Eh... Mi hermano cumple años esta semana —menciono—, quisiera hacer algo para celebrar y compensar mi ausencia.

Alza la vista, noto que está sumamente sonrojada, lo más probable es que sea por recordar lo que pasó. Oh, no... De verdad no quisiera incomodarla así.

Oppa y yo podemos ayudarte, si eso quieres.

—Me gustaría —admito.

Min Su sonríe con timidez, nunca la había visto actuar de esa manera conmigo, a excepción de la primera vez que hablamos. Me da la impresión de que quiere decir algo, pero de nuevo agacha la cabeza. Tengo que encontrar alguna manera de compensárselo...

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