Capítulo Nueve.

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Domingo, 9 de diciembre 2018

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Domingo, 9 de diciembre 2018.

Por lo que sé, en todo el mundo los domingos son considerados días de descanso. Así que no permitiré que mi hermano pase todo el día estudiando. No importa lo que crea mamá o lo que esperen los demás, por un día de descanso no se arruinará su futuro.

Ambos estamos acostados en la cama de su habitación mirando al techo. Él escucha en silencio todo lo que me ha pasado el último mes; cómo conocí a Min Su, cuando salí con ella, el juego de baloncesto con sus amigos.

—Creí que me iba a desmayar —reconozco—, todo me daba vueltas. Luego me sentí mejor, cuando me dormí en el auto de Min Su. Desperté y estaba como nuevo.

Recuerdo el momento en que me giré y la vi junto a mí, sosteniendo la puerta del copiloto. Inevitablemente sonrío.

—Se ve que te gusta mucho —dice Tae Min, regresándome al presente.

—No me gusta.

—Lo que digas —resopla con tono burlón—. Pero, ¿no deberías usar tu tiempo libre para estudiar también? Quiero decir, pasas más tiempo fuera de casa que yo.

—Claro que lo hago, estudio antes y después de verlos —reclamo—. Intento no volver a tener una crisis de estrés, así que me permito tomarme un tiempo para hacer otras cosas. Tú deberías hacer lo mismo —advierto, lo miro y él aparta la vista.

Mi teléfono suena, Min Su me envió un mensaje.

—¿Qué pasa? Tu cara cambió por completo —expresa él entre risas mientras leo el mensaje.

—Ella quiere que salgamos hoy... Dice que la acompañe a tomar fotos en el faro de Dongbaek.

—¿Irás?

—Acabo de decirle que sí. —Me levanto de un salto—. ¿Quieres venir con nosotros?

—No, no quisiera ser el mal tercio —también se incorpora—, disfruta tu cita con tu novia.

Resoplo.

—Espero que sigas descansando mientras estoy fuera.

Llego al punto de encuentro, cerca del hotel Westin Chosun en la playa Haeundae. Antes de sacar mi teléfono para escribirle, siento que alguien toca mi brazo, cosa que me sobresalta. Me doy la vuelta y... ahí está ella

—¡Hola, Tae Joon!

Esta vez, Min Su usa su largo cabello atado en una coleta. Nunca la había visto con el cabello recogido. Tiene su cámara colgando de una correa alrededor de su cuello de nuevo. Está usando una blusa manga larga rosada y pantalones cargo. Sacudo la cabeza, por un instante me quedé embobado mirándola.

—Hola... ¿Estás segura de que quieres ir a pie por el puente peatonal? Es un largo camino de aquí a Dongbaek.

—Muy segura; me gusta mucho la vista que hay desde el puente, podré tomarte buenas fotos ahí.

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