Capitulo 39: ''El ahora''

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- ¿Vamos al lago?- Propone Mía.

Eric y Chuck se miran entre si y asienten. El pelinegro deja de apoyarse en el umbral de la puerta y se va hacia las escaleras seguido de Chuck. En este momento entro en pánico. No soy fan del frio y afuera ya está casi nevando, pero por alguna razón estos tres lunáticos quieren ir afuera.

- Deben hacer como tres grados, y con mucha suerte, afuera. ¿Dé verdad vamos a salir?

- Y no solo eso, vamos a nadar. ¡Ven, vamos!

La loca esta me tomó de la mano y me guió hacia afuera. Extrañamente desde el agua salía una capa delgada de vapor. Eric sale con un par de frazadas de la casa y Chuck trae algunas toallas en sus manos. 

- Ya saben las reglas, no más de veinte minutos. Y el que salga primer se abriga al ultimo. 

La cabeza de Chuck cae con peso muerto, como si lo que estuviera por hacer Mía fuera una locura. Y con razón. Ambos se dieron vuelta y mientras ellos miraban los arboles y hablaban sobre la temperatura del agua, Mía se desvestía hasta quedar en ropa interior. Realmente envidio su trasero. 

- Mía te vas a enfermar.  

- Es como darte una ducha con agua caliente. No seas aburrida, 
¡ven!

No iba a sacarme la ropa en frente de nadie. Antes lo hubiera hecho sin problema alguno, pero ahora tengo una cicatriz de doce centímetros que cruza desde mi cadera hasta medio muslo. No estoy segura de querer que Eric me vea así. 

- ¿Faye? ¿Pasa algo?

Cuando salí de mis pensamientos, Chuck ya estaba dentro del agua nadando con Mía en sus espaldas. Eric tomó mi rostro.

- No hagas eso- me alejé de sus manos- Nos van a ver.

- Estás tan metida bajo mi piel que es imposible que alguno de esos dos no haya notado ya que me gustas más que nadie- dijo sonriéndome- dime qué sucede. 

- No es nada, enserio. Es que no quiero hacerlo, no quiero entrar en el agua. Tengo frío.

- Y si digo que puedo mantenerte caliente, ¿entrarás?

- No me obligues, por favor.

- No es eso. Es que se que una vez dentro vas a divertirte con nosotros. Además, tengo muchas ganas de ver qué es lo que traes contigo- se acercó a mi oído- estoy volviéndome loco tratando de imaginarte. 

Ese era el putno. Imaginar as cosas no lleva a tener ideas erroneas de como son en realidad. Si bien dormimos juntos un par de veces, y han pasado algunas cosas más, jamás nos hemos visto el uno al otro con luz.

- Si quieres puedo no mirar.

- ¿¡Por que tardan tanto!? ¡Se pasará el tiempo!- gritó Chuck.

- ¿Que va a pasar luego de veinte minutos?- pregunté recordando esa regla.

- Comienza a subir mucho tu temperatura corporal, y al salir del agua el choque de frío puede ser demasiado intenso.

- ¿Cómo es que el agua es tan tibia?

- Esa montaña que ves como a diez kilometros es un volcan dormido. 

Esa información no ayudaba mucho a mi nivel de ansiedad en este momento. 

- Yo no entraré en el agua si tu no quieres.

Pero se notaba a leguas que Eric disfrutaba con los chicos ahí. Dejé mi chaqueta sobre las tablas del muelle junto con la ropa de los demás. 

- Entra tu primero, y luego que todos se den vuelta. 

No podría creer lo que estaba a punto de hacer. Eric dejó su ropa junto a mis zapatos y no pude evitar fijarme en su abdomen definido. Dios, realmente me gusta mucho. Una vez dentro, era mi turno de desvestirme. Saqué el sweter y casi morí de frío, pero como lo prometieron, todos miraron hacia otro lado, así que entré en el agua lo más rapido que pude. Extrañamente la temperatura era perfecta. 

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