Luego de aquella conversación con Erick no me sentía en condiciones para salir de mi cuarto. El resto del dia y la mayor parte de la noche la pasé durmiendo hasta que llegaron las cuatro con quince de la mañana y mi cerebro decidió que despertar era la mejor opción.
Había dejado la escuela demasiado olvidada, tenía que estudiar aun que sea un par de horas antes de entrar nuevamente a clases. Iba a poner mis pies en el suelo, pero un bulto en él me lo impidió. Evité gritar a toda costa y un mal movimiento al tratar de tapar mi boca con ambas manos me dejó con un dolor sordo en la parte media de mi espalda. Esperé unos segundos para que pasara la sensación desagradable.
Al prender la luz de mi buro me di cuenta de que no estaba sola en la habitación. Erick estaba estirado a lo largo del suelo durmiendo. Es increible cómo despierto puede causar tanto miedo, pero durmiendo... durmiendo con el cabello alborotado y sin su ropa, no puedo imaginarlo haciendole daño a nadie. Me levanté por los pies de la cama encendí la luz de mi escritorio en dirección contraria a su rostro. Me daba un poco de pesar dejarlo durmiendo incomodo en el suelo, asi que decidí que antes de abrir cualquier libro lo despertaría para que ocupase mi cama.
Lo removí un poco y al segundo despertó.
- Si sigues entrando de esta forma alguien te puede ver.
Erick solo sonrió. Sonrió y fue una de las sonrisas ás sinceras que he podido recibir de él. Era como un niño.
- Ven, vamos a subirte a la cama para que estés comodo.
No puso objeción y subió por si solo a la cama. No hubo necesidad de arroparlo, aun tenía algo de ropa sobre él. Con tenerlo así de vulnerable y guapo en mi cama todas las intenciones de estudiar se esfumaron en un segundo. Me senté asu lado en la cama y acaricié su cabello peinandolo de adelante hacia atrás. Sonreí ante la imagen. Tan tranquilo, tan en paz...
- Si sigues mirandome asi no voy a poder seguir duemiendo...
- Solo te quedan dos horas, asi que aprovecha el viaje.
- Ven aquí.
Extendió los brazos haciendo un espacio para mi entre ellos. Dios, estoy tan perdida por él. Su aroma me despierta más que una ducha helada a las seis de la mañana.
Pero mi buena suerte no podía durar por mucho tiempo. Mi celular había comenzado a sonar indicando el nombre de Mía en la pantalla. Me acomodé en la cama para contestarle y me aseguré de bajarle el sonido a la llamada para que Erick no escuchara.
- ¿Mía? Son las cuatro cuarenta de la mañana ¿Qué sucede?
- Joder Faye, gracias al infierno que contestaste. Es Pete, el salio furioso de mi casa porque le dije que sabía todo y que quería ayudarlo...
- Espera Mía- dije alejandome de la cama y llegando a la ventana. Erick aun no despertaba del todo.- Explicame eso de que lo sabes todo.
- Le dije que sabía que mi hermano y él pertenecen a pandillas rivales y no se que pasó, discutimos y no se que rayos... necesito encontrarlo antes de que haga algo estupido.
- No. ¿No te ha puesto a pensar que si él nunca te habló de todo esto era para no exponerte a que algo te pase?
- Faye, por favor...
- Escucha Mía, se que es alguien importante para ti, pero cuando se trata de eso es mejor que te mantengas alejada.
- No, Faye, necesito saber donde está, quiero que-
- ¿Que te parece si yo lo llamo y trato de buscarlo por ti?
- Él va a matarme si se entera que le dije a alguien sobre esto.
- Tranquila Mía, en todo caso puedes llegar temprano a la escuela y hablar con él. No es problema.
- No quiero esperar, Faye ¡Voy a morir de una crisis de angustia aquí!
No amiga, no tienes idea de lo que es pasar por una verdadera crisis de angustia.
- Yo voy a hablar con él.
- No le digas nada de esto a Erick, él va a enloquecer si es que se entera que sé algo o que Peter y yo tenemos una relación.
Mierda, ¿ella sabe que su hermano está aquí?
- ¿Por qué crees que yo le diría algo a Erick?
- Porque eres mi amiga. Recurrirías hasta mi hermano con tal de arreglar las cosas.
El alivio volvió a mi sistema.
- Bien Mía, voy a ver que puedo hacer.
Terminé la llamada y dejé el telefono en mis manos. Di la vuelta para asegurarme de que Erick siguiera durmiendo. Así era. Busqué entre los contactos el nombre de Peter y deslicé para llamar. Sonó un par de veces antes de que él lo tomara.
- Gracias por contestar, Mía está-
- Sé lo que me vas a decir Faye, y no hay manera en el puto mundo de que la deje acercarse más de lo que ya lo ha hecho.
- ¿Qué rayos pasó coo para hayas salido corriendo y sin dar señales de vida?
- Se supone que ibamos a pasar la noche juntos, pero yo... yo no... no puedo hacerle esto, Faye. No quiero ponerla en medio de todo. Lo sabe, ese no es el problema; pero sí lo es el hecho de que no le importe por querer estar juntos. La amo, Faye.
Froté mi sien con los dedos. Estos dos son el cliché más grande del mundo.
- Peter, me acaba de llamar a las cinco de la mañana para pedirme que la ayude a buscarte ¿en serio crees que ella va a dejarte ir así como así?
Un gran suspiro sonó a traves del aparato.
- Yo... yo no estoy seguro de nada. No ahora.
- Escucha, eres de la banda, nadie puede hacerte nada, si tu quisieras podrías protegerla.
- Ellos saben que Mía es hermana de Erick, ese maldito bastardo sabe que son familia. No voy a arriesgarla a esto, Faye.
- Entonces tienes que explicarle eso, no dejarla de un segundo a otro. Sabes que no lo aceptará y puede quehasta haga alguna estupidez. Solo... solo enviale un mensaje diciendole que estás bien.
- Bien. Un mensaje. Solo eso por hoy.
- Voy a matarte si le haces daño, Peter.
Terminé la llamada presionando el botón de colgar en la pantalla. Un pequeño crujido me asustó al punto de retroceder y chocar con algo. Me di la vuelta con los ojos cerrados. Sabía lo que estaba a punto de suceder, entiendía a la perfección lo que iba a pasar. Abrí los ojos, pero no fui capaz de levantar la mirada. Un par de brazos se colocaron a cada costado de mi cuerpo impididendome la salida. Un recuerdo vívido vino a mi mente, de el tiempo en el que le temía a Erick por su forma de acercarse a mi. Bueno, ahora, estoy sintiendo algo muy similar.
- Ahora mismo vas a explicarme que jodidos tienes que ver con Peter Vane y por qué estabas hablando con él.
Dios, ayudame. Va a matarme.
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Liquid Life
Подростковая литература- Cuando me controla el enojo no se manejar las cosas. - Pues tendrás que aprender a hacerlo. Quiza en frente del mundo seas el tipico matón insoportable y mujeriego que no soporta a la chica rosa. Pero aquí, siempre aquí entre estas cuatro paredes...