Capítulo 09: ''Segundo encuentro''

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El día viernes en la escuela había pasado sin pena ni gloria. Para variar, Erick huía de mi como si fuese una leprosa, y cuando Chuck se acercaba a mi su mirada se tornaba asesina. Era de esperar que no le gustara que su mejor amigo estuviese con una chica como yo. 

Para mi buena suerte Camille había desaparecido completamente la mañana del sábado. Era de esperar. Con el poco dinero que ganaba trabajando era un hecho seguro que pasaría el dia en el centro comercial. Mi pobre padre, como era de suponer, debía correr con todos los gastos de la casa y aunque tenía un seguro de cesantía, el pobre no daba a basto en un trabajo que claramente no era el indicado para él.

Debía actuar rápido, necesitaba alguna forma de conseguir dinero para ayudarlo de alguna forma. Estaba a punto de cumplir 18, eso en algunos lugares basta y sobra. Sobretodo en este lugar.

Por la tarde recibí una llamada de Mía diciendo que debía estar en su casa desde temprano. Seguramente quiere que la ayude a vestir o algo así.

 Había acordado quedarme en casa de los Roger para no volver tan tarde de la fiesta. La buena noticia es que Mía tiene un lugar donde puedo quedarme lejos de la vista de su escalofriante hermano. 

- Es mi cumpleaños dieciocho y quiero lucir bien. Es decir, Pet de seguro estará aquí y...

- Espera, ¿Vas a traerlo aquí? - ella asintió emocionada.- Entiendo que es tu cumpleaños, pero deberías considerar que también es el de Erick, y no creo que a el le guste verlo aquí en tu casa, sobre todo cuando ambas bandas se odian a muerte. 

- No será así, habrá mucha gente, no es tan terrible como suena. Ademas, es una fiesta, de seguro Erick estará saltando de chica en chica y no tendrá tiempo de ver con quien estoy.

Definitivamente eso era algo que no me interesaba oír.

- Escucha, Mía, sé que estás comenzando con Peter... es completamente defendible que quieras pasar tu cumpleaños con él. Pero estamos hablando de bandas, de bandos contrarios, de chicos que se odian a muerte solo por marcar territorio. Vas a hacer que el pobre entre practicamente en la boca del lobo... cariño, piensatelo dos veces.

- Ya lo pensé, para eso estás tu, ¿no es así? dijiste que me ayudarías...

- Claro, en la escuela, que es un lugar público, no en su propia casa.

- Escucha Faye, realmente necesito tu ayuda en esto. Lamentablemente no puedo confiar en nadie más porque mi hermano los conoce demasiado bien, y también porque ninguno me apoyaría en esto.

- No puedo Amelia, yo...

- No puedes fallarme, no ahora, estoy contando contigo para pasar mi cumpleaños con él.

No quería fallarle realmente, es la única amiga que tengo en toda la escuela y no quiero decepcionarla, claro está. Pero si Erick se llega a enterar que estoy ayudándola en lo que sea que tenga que ver con Peter, es simplemente capaz de matarme con una sola mirada.

Por otro lado tengo que admitir que con el controlador y tirando que tiene por hermano, jamás conseguiría salir con él o ser su novia de forma pacifica. Siempre habría un obstáculo para ellos. 

- Bien, voy a ayudarte, como siempre.







Pro como si fuera obra de magia a las once de la noche en punto la casa estaba a reventar de gente. No solo los de la escuela, sino que también gente conocida del suburbio. Estaba comenzando a asuatrme un poco. Lejos de querer discriminar, ese no era el ambiente al cual estaba acostumbrada a la hora de ir a una fiesta. Si, es cierto, no es muy distinto que en otros lugares, pero jamás vi tanta gente ida y ''emocionada'' concentrada en un solo lugar. Con los chicos eramos de ir a festivales de música electrónica y volver sanos y salvos a casa. Pero ahora, en este mmento, me siento tan fuera de lugar como el primer dia de clases. No siquiera mi ropa me esta ayudando a entrar en confianza conmigo misma.

- Te vez bastante incomoda..

Chuck apareció con una bebida en ambas manos. Me ofreció una.

- No, muchas gracias, no bebo.

- Vamos Faye, es una fiesta, tienes que cambiar ese rostro.

- Supongo que no estoy acostumbrada a esto.

- Se te nota bien. Para serte sincero, luces como una niña rica justo en este momento.

- Supongo que subiré a cambiarme, creo que algo de la ropa de Amalia me puede quedar, somos casi de la misma talla.

- Sería genial, asi no voy a tener que ahuyentar a cada imbécil que se atreva a verte por estar vestida como lo haces ahora.

- Bien. Lo haré.

Creo que olvidé que ahora estoy en Bercklin y que, si no fuera porque estoy en casa de los Rogers, seguramente ya me habrían robado hasta la dignidad. 

Al subir las escaleras un imbécil monumental se había atrevido a darle una palmada a mi trasero. No quise encararlo y lo dejé pasar, básicamente porque me había prometido a mi misma no tener ningún tipo de problema con nadie que fuera de aquí. Quiza Chuck tenga razón, quiza me veo tan difernete que jamás voy a lograr encajar aqui. No se que rayos haría si no fuera porque tengo al menos una amiga en la escuela. 
Al darle la vuelta a la llave de la habitación de Amalia me encontré con Erick. Y sus manos sobre mis cosas. estaba en diagonal a mi.

- ¿Qué haces con eso?

Pude ver como sonreía de costado. Nunca lo había visto sonreir asi.

- ¿Realmente pasó por tu cabeza que ibas a poder mantenerte ilesa por más de dos horas allá abajo con la ropa y la actitud que traes puesta?.

- ¿Como sabes...?

- ¿Realmente lo hiciste? ¿Pensante que de esa manera nadie querría acercarse a ti ni para tocarte el maldito trasero?

- No tiendo porqué estás aquí.

- Ni yo. Solo sé que cuando Chuck te habló de esa forma yo... no lo sé. Me encabroné al punto de querer decirte que no tenías que hacerlo y... yo solo-

Dejó la prenda que tenía en sus manos y refregó su rostro con sus manos. 

- Creo que deberías salir de aqui, por favor. Necesito cambiarme.

- No es como que no haya visto algo de ti antes...

Es cierto, aquella noche que dejé que durmiera conmigo. 

- Supongo que estás esperando tu camiseta de vuelta ¿no es así? Sal por favor, Erick.

Entonces se giró hacia mi y supe, por la mirada que cargaban sus ojos, que no estaba a gusto.

- No puedo salir de aquí Faye. No si no quieres que tengamos problemas esta noche.

- ¿Por qué habríamos de tenerlos?

- Porque si salgo de aquí, si realmente quieres que lo haga, solo va a ser para sacarle toda la mierda a ese puto cabrón que se atrevió a tocarte en la escalera. Estoy a un pelo de perderme por ir y reventarlo a golpes así que te sugiero que no me pidas que salga ahora.

- ¿Por que te molestaría tanto que alguien me tocase si mi existencia no te importa en lo más mínimo?

- Por que no es así. 


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