Eran las ocho y treinta y dos de la mañana, pero mi mente seguía sin poder bajar la guardia. La comodidad, el refugio de mi cama no quería soltarme y yo tampoco quería dejarle. Es como cuando piensas que los monstruos no puedes tocar tus pies o tus manos si no los tienes fuera de la colcha. Mía me había enviado un mensaje hace una hora. Todos hablaban de una foto que circulaba por internet. Un cuervo entrando a la casa de la chica nueva. Aunque eso era un posible excusa de revuelo pra Ercik, era lo que menos me interesaba en ese momento.
Al diablo con todo. No se en que estb pensando cundo decidí que el estar cerca de una persona como Erick iba a salir bien. Mi cara se hunde contra la almohada. Mi telefono suena con su tono de llamada, pero no estoy segura de querer contestar. Lo tomo en mis manos y me doy cuenta de que es Abby. Deslizo para contestar.
- Hola Abbigail...
- Buenos dias Faye Anne...
- ¿Cómo estás? ¿Cómo está todo por allá?
- Agg... es todo mitad desastre, mitad trato de repararlo.
- ¿Qué sucedió esta vez?
- ¿No te molesta escuchar esto? Es decir, sé que querías estar aquí tanto como yo y que los cuatro siempre fuimos lo que-
- Si, Abby, quiero escucharlo.
- Bien. No se que le sucede a Damon que desde hace unos dias ni siquiera se para a hablar conmigo o con Matt. Perdieron el juego de inicio de temporada y, para rematar, la modista me dijo que mi vestido de graduación no estará listo sino hasta casi finalizar el curso, ¡lo que es cuando sea el baile de graduación!
- ¿Y qué es lo que piensas hacer?
- Con Damon no estoy muy segura, por eso es que te llamé, quería que hablaras con él y me dijeras que sucede. Con el vestido... bueno, puedo escoger uno ya hecho, pero solo en caso de emergencia... es solo que te extrño Faye, extraño a mi mejor amiga. Vivimos en ambos extremos de la ciudad y es lo peor que pudo pasarnos.
¿Crees que no lo se?
Suspiro tratando de controlar el nudo en la garganta.
- Escucha, Abby, ni unque me vaya a vivir a Africa cambiaría el hecho de que eres mi mejor amiga. Por y para siempre. Despreocupate de eso. Hay mistades que duran años sin verse. Solo hay que esperar un poco más.
- Supongo que tienes razón. Maldita idiota, siempre me haces poner sentimental.
- Debe ser porque no tomaste café esta mañana.
- ¿Cómo diablos lo supiste?
Ambas reímos en el telefono. Así nos pasamos un rato hsta que ella tuvo que entrar a su proxima clase. Era ultimo año, no es que tuviera muchas. A diferencia de Berklin, California tenía un plan de estudios muy adelantado. Asi que mientras ella pasa la mitad de su año escolar planeando el tema de la graduación, yo voy a estar dando mis ultimos examenes para saber de una vez por todas si voy a poder entrar a la maldita universidad.
No me levanté a la hora de almuerzo para comer algo. Preferí lavar mi cara y dientes y volver a la cama. Sabía que un buen libro me animaría pasar mi día como vagabunda. Pero a medida que leía pagina tras pagina, más era el esfuerzo por concentrarme en leer.
Eran las cuatro treinta de la tarde y yo aun seguía en pijama. No era una sorpresa que mi estado de animo aun no cambiara. Miré mis muñecas otra vez. Estaban amoratadas. Pronto llegarían mis padres y tendría que cubrirlo de algna forma. Mi telefono se llenó de mensajes, supongo que los chicos salieron de clases.
<< ¿Día de piscina en casa de Dam?>>
No dudé en enviar mi respuesta.
<< Bien. Pero alguno de uds debe venir por mi>>
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Liquid Life
Teen Fiction- Cuando me controla el enojo no se manejar las cosas. - Pues tendrás que aprender a hacerlo. Quiza en frente del mundo seas el tipico matón insoportable y mujeriego que no soporta a la chica rosa. Pero aquí, siempre aquí entre estas cuatro paredes...