El día debía partir lo más normal posible. Ambos sabíamos que había gente vigilandonos por todas partes. Lo sabíamos cuando nos veíamos en los pasillos de la escuela, en las escaleras al cambiar de salon, en los recesos al sentarnos en la gradas a verlos jugar football...
Jamás me había detenido a pensar que la vida podía ponerme en una pocisión tan de mierda en un abrir y cerrar de ojos. Pero creo que podría ser peor. Siempre puede ser peor.
La ultima mañana que desperté con Erick en mi cama conocí la mejor sonrisa de todas. Sabía que aun ocultaba cosas, sabía que estaba escondiendo algo entre nosotros, pero ahí estaba... a pesar de mis crisis de ansiedad, a pesar de lo irritablemente molesta que puedo ser, a pesar de saber que por estar conmigo podría irle mal a él.
Habíamos mantenido esto en secreto por unos días. Muchos, a decir verdad. En las mañanas él salía de mi habitación como un ladrón, por las tardes me llevaba en su auto a casa y por las noches volvía a subir por la enredadera del patio trasero sin que mis padres lo vieran.
Mía tenía una rutina muy marcada a la hora del descanso. Siempre iba por una botella de jugo de piña, pasaba por el baño y después ibamos a sentarnos en las gradas con Samy Dylan a ver a los chicos practicar. Debo admitir que no puedo dejar de mirarlo cuando esta sudado y sin camiseta. Y es dificil porque , al mismo tiempo, tengo que tomar en cuenta lo que Mía dice o hace.
- Faye, ¿puedo pedirte un favor?
- Claro Mia, el que sea.
- No soy de esas que les molesta que sus amigas salgan con sus hermanos, pero ten cuidado. Créeme cuando te digo que Erick detesta cualquier cosa que esté relacionada con enamorarse de alguien.
- No se de que estás hablando- dije sonrojada y mirando hacia otro lado.
- No soy tonta, Faye, veo como lo miras, te gusta. Es guapo, juega football, segun todas las zorras de la escuela besa bien, pero en la realidad no es alguien con quien estar.
- Creo que merece un poco más de credito por ser tu hermano. Es decir, no es que vaya a intentar algo con él, pero deberías darle el beneficio de la duda.
- ¿Recuerdas cuando te conté que hace dos años conoció a una chica?- no esperó mi respuesta para proseguir- No es que no le de el beneficio de la duda, es que si Erick se abre nuevamente a alguien, va a sacar toda esa mierda a relucir, y no quiero que sea contigo. No te lo mereces.
- No creo ser tan cercana a él como para averiguarlo.
- Quizás no ahora...
Mía no era tonta. De hecho, era una persona muy astuta como para darse cuenta de todo lo que estaba pasando y, si no lo había hecho hasta ahora, era porque realmente Erick ha sabido esconderlo bien.
El timbre resonó en toda la escuela, lo que indicaba que el descanso había terminaod y que debíamos volver a clases. Tomé mis cosas y me dirigí entre la multitud del pasillo al tercer piso en busca de la biblioteca. Las personas en los pasillos se volvían locas por entrar a clases, yo no tenía nada ahora porque el profesor de química tuvo que irse de urgencia. Estaba a punto de llegar a la puerta cuando Pet irrumpió justo en frente de mi y me llevó rapido adentro, a los estantes más ocultos.
- Cuando te dije que estar con una persona como Ercik no era algo sano fue algo que entró por tu maldito oído izquierdo y salió por el derecho, ¿no es así?
- No entiendo de que hablas.
- ¡No ahora, Faye! No puedes desentenderte de todo lo que está ocurriendo. Es algo grave. No puedes solo pretender que la noche no es igual al día.
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Liquid Life
Novela Juvenil- Cuando me controla el enojo no se manejar las cosas. - Pues tendrás que aprender a hacerlo. Quiza en frente del mundo seas el tipico matón insoportable y mujeriego que no soporta a la chica rosa. Pero aquí, siempre aquí entre estas cuatro paredes...