Sin siquiera abrir mis ojos busqué con la mano mi celular para apagar la bendita alarma. Después de haberlo logrado me di cuenta de que tenía que levantar mi flojo trasero antes de que se me hiciera tarde, así que abrí mis ojos y me di cuenta de que estaba casi a la orilla de la cama.
Abro la puerta del baño y al darme cuenta de que no habia nadie comienzo a tomar todo para preparar mi ducha. Me miro al espejo para ver si tengo maquillaje corrida bajo mis ojos, pero no. Lo que veo me sorprende aun más. Estoy vestida con su camiseta, dormí con su camiseta.
Dormiste con él...
Mierda. Doble mierda. Toda la mierda del mundo. ¡Dormí con él! No fue un sueño, se sintió real por que lo fue.
La quito de mi cuerpo y la llevo a mi nariz para tomar su olor. Aún huele a él...
Meneo mi cabeza con fuerza para quitarme esos pensamientos. No Faye, ya está, no vas a caer ahí. No puedes caer ahí.
Bajé del bus sin ganas de entrar a la escuela. La verdad, sentía ansiedad en el estomago; había algo que me decía que el día deparaba muchas cosas. como cuando sabes que no debes salir de casa por que tu cuerpo te lo advierte.
Exhalé todo el aire de mis pulmones antes de pasar la puerta secundaria que lleva a las escaleras, pero cuando lo hice, me arrepentí de inmediato. Sentí como la boca se me secaba al punto de sentirme sedienta, las palmas de sudaban y picaban, la sensación de nervios en mi estomago aumentó a causa de su presencia. Como todas las mañanas Erick estaba a mitad de pasillo tratando de coquetear con una de las chicas del equipo de animadoras.
Sin duda que era una escena digna de admirar, pero no por mi. Por alguna extraña y desconocida razón a mis ojos no les gustaba lo que veían.
Tomé un poco de aire y me animé a seguir caminando para llegar a la puerta de mi locker y a mitad de camino me di cuenta que no podría... ¿tenían que estar sobre el mío?.
Con un poco de suerte podría pasarlos sin que él se diera cuenta de que estaba ahí. Apresuré mi paso y llegué al sector de los salones justo al lado del baño de chicas. La ultima vez que quise entrar aqui terminé viendo una escena desagradable, pero ahora es muy necesario.- Pensé que llegarías justo a la clase...
La voz de Amalia resonó en mis oídos. Estaba secando sus manos en su pantalón.
- No, quería pasar por mis libros antes, pero alguien está demasiado ocupado sobre mi locker como para sacarlos.
- Ah, si. Mira, no te ofendas, pero antes de que ese fuera tu lugar nadie lo estaba ocupando y mi hermano lo adoptó como su muro de ligues.
- Pues ahora es mío.
- Le diré que se busque otro lugar. No te preocupes.
- Eso estaría genial, gracias Amalia.
- Oye, ¿tienes algo planeado para este fin de semana?
- No, es decir, no aun... ¿Debería?
- No es solo que... bueno, este fin de semana haremos una fiesta en casa para celebrar el cumpleaños de Erick y el mio.
- ¿Quieres que vaya? ¿A tu casa? ¿Al cumpleaños de tu hermano...?
- Y mío también, recuerdalo.
- No lo sé, es decir, tu hermano me odia y ni siquiera soporta estar cerca de mi.
Excepto cuando estamos solos...
Sacudí levemente mi cabeza ante ese pensamiento.
- ¡Por favor! ¡Eres mi amiga! No puedes dejar de estar ahí.- volvió a insistir.
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Liquid Life
Teen Fiction- Cuando me controla el enojo no se manejar las cosas. - Pues tendrás que aprender a hacerlo. Quiza en frente del mundo seas el tipico matón insoportable y mujeriego que no soporta a la chica rosa. Pero aquí, siempre aquí entre estas cuatro paredes...