Capítulo 33: Se acabó

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Los próximos días pasaron como las primeras horas de clases de un día lunes... lento y aburrido. Ahora que John le había alcanzado todos sus objetos no tenía mas excusa para quedarse deprimida en el cuarto de hospital sin saber del mundo. Luego de una semana, y que la herida cicatrizara lo bastante bien como para levantarse sola al baño, el doctor Edwards había decidido que ya era hora de enviar a Faye al piso de rehabilitación. 

- ¿No puedo tener sesiones en casa? 

La voz de Faye resonó en los oídos de todos los presentes. Sus padres, al igual que el doctor y Damon la observaban como si fuera una niña de cinco años. Puede que estuviera haciendo una rabieta sobre quedarse más tiempo en el hospital, pero es que haber estado tanto tiempo ahí le había hecho crear cierto rechazo por el lugar. En un hospital las personas no solo se mejoran. Hay personas que no salen vivas de ahí, otras que pasan sus peores momentos...

- No- respondió el doctor.- enviarte a casa significa que tu mente va a focalizarse en volver a tu vida normal, y eso no puede pasar si no te has recuperado al cien por ciento. Lo siento, pero la desición es no.

- ¿Alguien ha barajado en serio la posibilidad de que puedo quedar peor de coja que House? Son increíbles todos ustedes ¡Dejen de presionarme de esta manera!- explotó por fin.

- Oye, tranquila ¿de donde viene todo esto?

Damon trató de calmarla tomando sus manos y mirándola a los ojos, pero eso lo hizo aun peor. Porque Faye lo único que necesitaba en ese momento era que dejaran de tratarla como una muñeca que va a romperse todo el tiempo. 

- Voy a tener una cicatriz de por vida ¿entienden? ¡De por vida! y ustedes están aquí hablando sobre las decisiones que toman por mi ¿entiendes que si me niego a esto no pueden obligarme? ¿¡qué en una semana más voy a cumplir mis malditos dieciocho años y voy a tomar las decisiones que YO estime conveniente para mí!?


Parpadeó un par de veces antes de volver a la realidad. Fue una hermosa y muy provocadora fantasía, pero jamás dejaría que su padre pasara por esa situación sabiendo que a ell le faltaba un poco más de tiempo para salir del hospital. Se volvería loco, literalmente. 

- Bien. La habitación será de las mismas características que esta. Es bueno que tengas espacio para caminar dentro. Dentro de poco vas a estar caminando nuevamente. 

- Eso espero Edwards, porque si no salgo de aquí pronto, voy a volverme loca.

Todos los adultos presentes en la habitación salieron discutiendo los requerimientos de los ejercicios que iba a obtener. Damon observó su celular para después mirar a Faye con cara de cachorro mojado en la lluvia

- Mi madre dice que me necesita en casa, ¿estarás bien aquí sola?

- Has estado más tiempo aquí que nadie. Vete de una vez. Vas a aburrirte de ver mi cara si no lo haces

Él sonrió de aquella forma tan peculiarmente atractiva que poseía y le dio un beso largo en la mejilla antes de irse. 

Hace mucho tiempo que Faye no estaba sola en su propia habitación y eso hacía que se sintiera extrañamente desprotegida. A su mente vino el pensamiento del trato (o más bien amenaza) que mantenía Franco con ella. Después de la charla con su padre, y de atar algunos cabos sueltos, una de las conclusiones a las que había llegado era que en el edificio había algo que Franco quería, algo más grande que una bóveda de un banco y que una mina de diamantes juntos. Comenzó a hacer memoria y a buscar entre sus recuerdos alguna vez en particular que se hubiera saltado algún piso del edificio, alguna puerta extraña, algo que le hiciera sentido. Pero no había nada. Y era obvio. Algo tan valioso como lo que escondían ahí no podía estar a la vista de todos. 

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