Capitulo 24: ''Mía y Pet''

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- Él... y-yo...

Estaba temblando de pies a cabeza. Sabía que si había escuchado la conversación habría dos posibilidades: que me mate porque le oculté lo de Mía y Pet, o que me mate por pensar que lo he estado engañando todo este tiempo, lo cual sería una completa locura porque hasta el momento solo hemos sido capaces de entablar unas cuantas conversaciones sin ponernos a discutir. Sería irracional pensar que esto es algo serio. Lo quiero, pero mi nivel de dignidad sigue siendo el correcto.

- Responde Faye, y quiero la verdad.

Tendría alguna vez que armarme de valor y enfrentarlo. No puedo siempre huir o esconderme siempre que las cosas se ponen dificiles con él. 

- No es nada de lo que estás pensando. Él solo necesitaba un favor y me llamó porque-

- Dije que sin mentiras, Faye.

Poco a poco la oscuridad de la noche era reemplazada por la luz del sol en la mañana. Tenía miedo de mirarlo a los ojos y ver más que enojo. 

- No puedo decirtelo.

- ¿No puedes decirmelo? ¿Qué jodidos significa eso?

- Realmente no puedo, yo... no se trata de mi, no puedo hacerlo.

- Más te vale hacerlo. No voy a aceptar que hagas esto cuando se te antoje. Ese idiota no va a tenerte si estás conmigo.

Tomé su rostro en mi manos antes de que se separara de mi.

- Escuchame, por favor. No puedo decirtelo porque prometí no hacerlo, pero creeme cuando te digo que no es eso. Jamás haría algo así. Te quiero a ti, solo a ti.

- ¿Me quieres? ¿Me estás jodiendo? Despiertas de madrugada para hablar con él. Desde que vengo aquí jamás habías hecho eso. Ni siquiera te levantas en la mañana para darle a tus padres los buenos dias. 

- Es un tema diferente, lo sabes, no me hagas esto.

- Suerte con él, Faye.

- No ¡Oye, espera!

Pero era tarde. Tomó su chaqueta y salió por la ventana como de costumbre. 




Al entrar por la puerta este de la escuela me di cuenta de que había llegado bastante temprano. Pasé por el segundo piso para dejar miis cosas dentro de la casilla y asi poder caminar a las bancas del campo de football. Tenía mi celular en las manos, pero no me atrevía a usarlo una vez más. Hacía mucho frío a esa hora de la mañana. La poca niebla que quedaba era capaz de calar en los huesos. Apreté más el abrigo contra mi cuerpo para guardar calor. 
Unos pasos se escucharon a mi derecha y pude ver a Peter caminar hacia mi. Se detuvo unos pasos atras y se sentó en la fría lata.

- ¿Vas a contarme que ocurrio con Mía exactamente?

- Vas a congelarte aquí. Vamos a otro lado.

- No quiero que Erick nos vea. Prefiero estar aquí. Habla.

Soltó un suspiro de frustración y luego se revolvió el cabello. Esto es grave.

- Sabía que Erick estaría fuera anoche. Supuse que no te dejaría sola en estos días. Le dije a Mía que podía quedarme a pasar el rato con ella. Pasamos toda la noche despiertos, su madre tampoco llegó porque tenía que trabajar en el hospital. Pasamos la noche sin dormir solo viendo películas y riendo de todo. 

- Entonces por qué-

- Me besó. Las cosas se estaban saliendo de control. Sabía que si eso pasaba no iba a poder jodidamente dejarla después... si es que las cosas empeoraban. Le dije que debíamos parar, pero es terca. Que no le imprta  loque pase, que no le importa que sea un cazador. Y está genial, porque significa que lo entiende, pero... no puedo, Faye.

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