𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕿𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝕾𝖎𝖊𝖙𝖊

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     Mientras miraba el otro edificio vecino en el lado frente de la calle, sentada en las escaleras de incendios que habían fuera de mi ventana. La nieve seguía cayendo, no tenía puesto ningún abrigo, como si quisiera hacerme daño con el frío que estaba sintiendo, y sí que estaba funcionando, hasta mi nariz se congelo. Pero el dolor no era nada comparado a lo que estaba sintiendo en estos momentos, haber visto esa escena me destruyo de una manera tan emocional que podría describir como una próxima depresión, pero eso no pasará.

     A mis espaldas oía como alguien estaba bajando las escaleras para llegar a mí. No tenía pensando voltear; estaba muy concentrada en mi dolor que no merecía entrar a mi cuarto aún.

     —¿No quieres entrar?

     —Todavía no.—respondí.

     —Escucha, lo siento mucho.

     —Ya no quiero oír más tus disculpas,—me giré a su dirección.—¿Por qué no traes tú traje puesto?

     —Ya no tiene caso que use la máscara, ya todos saben mi identidad.

     —No deberías, aún así la prensa te sigue, te pueden ver conmigo y pensar que soy algo cercana a ti.—rodé los ojos.—¿Podrías irte?

     —Sólo hasta que entres a tu cuarto, está haciendo demasiado frío, aunque creo que eso ya lo sabes

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     —Sólo hasta que entres a tu cuarto, está haciendo demasiado frío, aunque creo que eso ya lo sabes.

     —El frío no me hace ningún daño ahora. Hay un dolor mucho más mayor que estoy sintiendo ahora.

     —Nunca fue mi intención hacerte daño, por favor podrías mirarme a los ojos cuando te hable.—comentó un tanto molesto.

     —¿Qué caso tiene? ¡Eh!,—me levante casi tambaleando.—Sus intenciones y sentimientos me fueron muy claros hace rato.—me sujeté del barandal para no caer.—Entrare a mi habitación solo para que ya te vayas, así que a un lado.—Lo aparte y no tenía fuerzas para abrir la ventana, tiraba con fuerzas,—¡Abre maldita ventana inútil!—grite mientras intentaba abrirla y seguía igual.

    —¡Gwen!

    —¡No abre! ¡Abre Ya! ¡Ya!—mis pulmones se quedaban sin fuerzas. Mis ojos se cristalizaron hasta el grado de que se notarán.

     Peter aparto mis manos heladas y con una facilidad, logro abrir la ventana.—Toda tuya.

     —¡Agh!—fruncí, y al poner un pie dentro, esté tambaleo, me sujete del marco del ventanal.—Estoy totalmente bien. Ahora ya puedes irte.—dije una vez ya dentro.—Adelante... Vete ya...—mis ojos no tenían la fuerza y se cerraron por completo, mi cuerpo hizo un fuerte ruido por el golpe.

     —¡Gwen!—chilló Peter, y entró a mi habitación sin importarle que estuviera molesta.

     Me había deshidratado, mis labios estaban un tanto pálidos, mi presión se bajó. Ni siquiera podía levantarme. Estaba en el suelo, veía borroso.—Tráeme ese vaso que está en la mesita...—comente en un tono bajo.—¿Qué le pasa a mi voz? Suena graciosa...—reí.

🕷 | DREAM GIRL | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora