🕷 | DREAM GIRL | Peter Parker

𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖁𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔

Nunca creí que me encontraría nerviosa por volver a ver a mi madre, para mi no fue mucho tiempo, sin embargo ella al verme ¿Cómo reaccionaría?. Elizabeth noto mi nerviosismo y comenzó a hablarme.

—¿Porqué estás nerviosa?—dijo.

—A pasado tiempo y si... y si le provoco algo malo.

—Nada malo podrá pasar. Además ella te extrañaba todos los días, ¿O no Steve?

—Eras tema de conversación siempre que la visitábamos.—comentó aquel mientras conducía hacia el edificio donde recordaba perfectamente que es mi hogar.

—¿Quieres tomar mi mano?—dijo una vez Tia Eliza cuando abrió la puerta del auto.

Baje de el,—Sí.—respire hondo, mis manos sudaban y mi garganta se cerraba.

Al llegar a la puerta de donde seguía siendo el departamento donde viví toda mi vida, Elizabeth me recomendó que esperara afuera en lo que avisaban a mi madre y no fuera una sorpresa que llegara al grado de que se desmayara.

Tocaron la puerta. Ella abrió.—Son ustedes, no me avisaron que vendrían.

—El caso es que, te tenemos una sorpresa Helen.—fue al punto Steve.

Ella frunció el ceño.—¿Qué es?

—Ven.—llamo mi Tía a la cual yo me quede inmóvil.—Que vengas cariño.—seguía estática en mi lugar, tuvo que venir por mi.—Hey, ¿todo bien?—susurro.

—Sí, es solo que...—mis labios temblaban.

—Tranquila, entiendo.—acaricio mi cabello.—¡Steve!—aviso emitiendo una mueca en su cara, que al parecer él entendió.

—Helen, escucha.—ella prestó atención.—Pasó algo que no esperábamos y es difícil de explicar pero si nos prometes no desmayarte, te contaremos todo a detalle.

—¿Qué cosa podría ser imposible?

Cerré mis ojos con fuerza y avancé a la puerta donde estaba mamá, no los abrí hasta llegar a ella.

—¿Gwen?

Los abrí despacio; mi corazón se aceleró y lágrimas brotaron por mis ojos.—Mamá estoy aquí.—sonreí entre el llanto.

Ella retrocedió, casi tropezaba y se sujetó de la perilla de la puerta. Sus ojos se abrieron de par en par y con la boca muy abierta.

—¡Gwen!—se acercó lentamente a mi, acarició mi mejilla, como si quisiera comprobar que era real y no una ilusión.—Sí, si estás aquí. Ven.—empezó a llorar horrible.

Me abrazo con tanta fuerza que me quedaba sin aire, escondía su rostro en mi cuello, finalmente nos separamos.

—¡Mamá! ¿Qué te ha pasado?—me referí cuando noté que no estaba con su barriga de embarazo.

—Qué esperabas cariño.—sorbió su nariz.—Él bebé no podía esperar.

Me puse triste de inmediato, sentí un vacío.—Me perdí el nacimiento de mi hermano o hermana.—una lágrima cayó.

—Lo siento hija, pero no te preocupes. Lo conocerás cuando regrese de la escuela.—nos invitó a entrar.

—Dijiste que lo conoceré.—ella asintió.—quieres decir que es un NIÑO.

—Bueno, sorpresa.

Fui a donde era mi habitación, todo estaba igual. Me acerqué a mi mesa de noche donde tenía todo lo valioso para mí y como no podía ponerse peor la situación, en uno de los cajones encontré unas fotografías de mis amigos. De Michelle, Ned y Peter. Sonreía mientras las veía y me entraba las preguntas de ¿Tan siquiera Ned y Michelle están vivos?