Cap 4

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" inicios de una humanidad "

Sesshomaru tosio, cuándo desperto se hallaba en el mismo lugar del día anterior, nadie se molestó en ir a buscarlo o ayudarlo de todas formas comprendía la razón, con una mueca se levantó con pesar y cansancio ¿ cansancio y pesar ? ¿ qué ? ¿ cómo ?
Sus garras no eran mas que simples uñas, sus cabellos eran de un castaño que facilmente se confundía con negro, su ceño contrajo en molestia y se encaminó al río, de rodillas a orillas de este observo su rostro sin marcas, ojos café ordinario, todo tan normal y común tan... Humano.

-. Imposible ...

El suave chapoteo en el agua lo hizo desviarse de su reflejo, a un par de metros se encontraba Rin pescando, Shippo estaba a su lado atrapando los peces que la infante le lanzaba, era risas y despreocupación, risas que fueron calladas al sentir la intensa mirada de Sesshomaru, ambos niños se removieron incómodos y nerviosos.

-. !Rin ¡ !sal de allí ¡

Shippo se lanzó frente a la susodicha en un acto de protección en lo que Rin salia del agua, Sesshomaru parpadeo confundido antes de levantarse y acercarse a pasos tranquilos, involuntariamente el kitzune gruño en advertencia, un gruñido que sonaba mas a ronroneo.

-. Soy yo, Sesshomaru.

-. ¿ Señor sesshomaru ? ¿¡ que le paso ?!

El mayor se limitó a suspirar a la vez que acomodaba uno de sus mechones tras su oreja, su ceja levemente fruncida con una expresión de tranquilidad le daba aires de seductor, desde mas arriba del río Aome se sonrojo cubriendose con parte de su gorro, Sango la miro enarcando una ceja para luego reír suavemente.

-. Podemos volver despues si Asi quieres Aome.

-. ¡ No ! No es necesario... De todas formas veníamos a por los niños.

Se excusó rápidamente sin percatarse de que atrajo la atención del hombre que al verla se aproximó a pasos seguros hasta ella, Sango rió nuevamente antes de irse tras los niños cruzando junto a Sesshomaru, ambos intercambiaron miradas silenciosas antes de separarse.

-. ! Niños ¡

Sesshomaru

Aome retrocedió por inercia cuándo me acerqué quedando acorralada entre mis brazos y un árbol, la canasta que llevaba cayó al suelo desparramando su contenido, sus manos se aprisionaron contra su pecho, la veo contener la respiración, muerde sus carnosos labios de forma tentadora y nerviosa, sus ojos tienen un brilló peculiar, aún asi no me despego de esos rosados labios que me incitan a probarlos,poco a poco me inclinó hasta su altura, nuestras respiraciones chocan antes de ser contenidas de forma inconsciente la veo cerrar sus ojos y acercarse, ya casi puedo saborear sus labios, mi corazón late con rapidez que lo oigo retumbar en mis oídos, solo somos Aome y yo, solo ella y...

-. Señor Sesshomaru, no tengo inconveniencia con que hable con MI cortejo pero si va a hacer mas intimo creo que comenzara a ser un problema.

Inoportunamente Naraku aparece a nuestro costado, Aome me empuja lejos de su presencia recogiendo las manzanas de la canasta antes de irse corriendo, el gorro de su abrigo se cae liberando un mar de cabellos azabache, me mira por sobre su hombro antes de alarmarse y seguir corriendo, me quedó mirando el camino por el cual huyó, en mi rostro aún siento el calor de su piel, su respiracion, su olor a pino con miel, me arrepiento no de no haber probado aquéllos carnosos labios.

Corona caídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora