" Rastros de Desconfianza "
-. En estos instantes estás siendo seguido por una entidad .
La alta figura del contrario se acomodó sobre una de sus piernas mientras pasaba sus garras por esos cabellos cenizas tan familiares como desconocidos, la marca en la frente del infernal se le hizo curiosa a pesar de que existian coincidencias en otras razas respecto a sus rasgos distintivos de demonios la verdad era que tanto el color y su representación difieren de uno del otro.
-. ¿ Que tipo de entidad?
-. Una entidad es algo que no esta vivo ni muerto, posee un poder similar al de su amo en persona.
-. ¿ sabes a quien le pertenece ?
-. No estoy seguro pero tengo una idea de que dios pueda ser.
-. ¿ dios ? Suenan a más .- su ceño se fruncio con molestia.
-. Por que los hay .- sus ojos reflejaron burla -. Uno peor que otro a decir verdad.
Yuri comenzo a pasearse de un lado a otro enfrente suyo mientras jugaba con unos cuantos mechones, curiosamente unas cuantas mariposas se posaron en sus cabellos.
-. ¿ Existe alguna forma para lograr un acuerdo ?
Yuri soltó una sonrisa, sus ojos brillaron peligrosamente antes de detenerse y mirarlo, instintivamente sujeto el mango de su espada dispuesto a defenderse, una brisa revolvio los cabellos de ambos sin embargo el contacto visual nunca fue cortado por los mechones rebeldes.
-. ¿ Que podrias Ofrecerle tú ? Un demonio tan común e insignificante a deidades superiores.
-. ...
-. Aunque asciendas a semidios seguiras siendo igual que un insecto.
Sesshomaru fruncio el ceño con digusto al ver como este desaparecía rodeado de sus ridículas mariposas dejandolo nuevamente solo, se permitió relaja unos instantes sus hombros antes de retomar el caminó devuelta al campamento para encontrarse con su pequeña humana, habían llegado a un punto del camino donde ambos estaban siendo cazados, no le sorprenderia la razón de ellos dado que al cruzar las fronteras se convirtieron en variantes para su digusto, medito las palabras del infernal a medida que divisaba ls carpas y fogatas en la playa llego a la horrible conclusión en que no importa lo que hiciera Aome moriría.
-. Bienvenido Lord Sesshomaru.
Se limitó a asentir para seguir donde estaba el campamento de la azabache, si alguien noto que no trajo nada consigo,ni comida u raciones no mencionaron nada y en parte estaba agradecido con ello, después de todo que eran los humanos contra él, ¿ es asi como se sentian los dioses ?
-. ¿ Señor Sesshomaru ?
-. ¿ Como está ?
-. Ella esta estable aún asi recomiendo que descanse para evitar estresar su cuerpo.
-. Retirate.
Una vez a solas, Sesshomaru se arrodilló tomando la mano de la azabache entre las suyas, apoyando su frente en esta en un silencioso lamentó, mentiria si dijiera que no deseaba llorar en esos instantes mientras más se alejaban de su tierra natal, mientras más huían del egoísta destinó más se daba cuenta de que de una forma u otra Aome debia morir, ahora o despues, el tiempo era lo de menos teniendo en cuenta la razón por que la azabache estaba durmiendo entre su estola.
El ataque al barco no fue mera casualidad, fue una jugada de los dioses ante la pequeña fugitiva que se alejaba de su destinó, seguido de una horrible fiebre que mataria a cualquier cachorro humano, respiró profundamente para desvia su atención de la mano al rostro de la azabache, hasta ahora han tenido cierta suerte con respecto a mantenerla viva.
-. ¿ pero por cuánto tiempo más ?
-. Señor... Sesshomaru...
La suave y débil voz de Aome lo sacó de su letargo por breves momentos fijándose en la pequeña y forzaba sonrisa que intentaba apaciguar cualquier malestar en sus pensamientos, los dorados ojos se volvieron acuosos o eso fue lo que imaginó la azabache antes de volver a dormir, esa pequeña sonrisa la había agotado de una manera preocupante.
-. Dedicaré mis días de vida a verte feliz mi pequeña Aome.
Prometió en un suave susurro antes de inclinarse y besar su frente amorosamente.
~¤¤~
Los meses habían pasado de una forma encantadoramente hermosa, Aome había mejorado notablemente al grado que era comparada con una liebre de tanto corretear de aqui por allá trayendo y esparciendo su alegría por todos lados que amenudo contagiaba a los demas humanos.
Detrás de toda esa alegria inocente y revoltosa la seguía la imponente figura de Sesshomaru como una sombra, todo el campamento notaron el gran cambió que paso desde ese día en que la pequeña liebre enfermó, la preocupación como el cansancio plasmaban la seriedad del demonio que se negaba a dejarla sola siempre a su lado diciendole que tuviera cuidado al grado de sobreprotegerla y privarle de su libertad siendo ahora mismo uno de esos momentos donde el peliplata rodeaba el cuerpo de la azabache a través de su estola limitando sus movimientos, en un inicio fue lindo y hasta adorable pero a medida que el tiempo pasaba la inocencia reflejada en las acciones de Sesshomaru se estaban volviendo paranoicas.
Sus acompañantes comenzaban a preocuparse por la rara actitud del demonio después de todo ¿ Que sabían ellos de su raza ? En si nada, por que lo que ellos leyeron u aprendieron a lo largo de su vida fue solo matarlos o pintarlos como horribles monstruos que codiciaban a sus mujeres esto último revolvió los sentimientos de todos en sus corazónes, demonios que codiciaban mujeres.
Sesshomaru era un demonio.
Aome era una niña que pronto sería mujer.Él escozor en la punta de su nariz lo molesto, su ceño se fruncio y giró su cabeza en dirección a los humanos tras de él, todos con miradas oscuras que desprendian un sentimiento egoísta, razón del escozor en su nariz, instintivamente su estola se apreto alrededor de Aome quien lo miró curiosa y algo molesta.
-. Señor Sesshomaru... .- murmuró desganada -. ¿ pasa algo ?
-. Nada de lo que debas preocuparte.
Aome suspiró reprimiendo su mueca de incomodidad antes de retomar su camino junto al demonio, odiaba sentirse encerrada, reprimida y limitada la actitud de su salvador hasta cierta forma le recordaba a su padre respecto a su hermana mayor, ¿ como estaría ? ¿ estarua viva ? ¿ la buscaría ? Un sentimiento se instalo en su pecho causandole cierta molestia, molestia que no pasó desapercibida por el mayor quién hizo una mueca de digusto antes de aflojar su agarré.
-. Aome ¿ Quieres aprender a usar el arco ?
-. ¿ eh ?
El desconcierto inundo su ser pero también la curiosidad, ladeo levemente su cabeza buscando cualquier rastro en el mayor quien solo se limitó a asentir, la emoción comenzo a burbujear en su pecho, antes de que fuera consciente abrazó al demonio sonriendo y agradeciendo infinitamente, Sesshomaru la cargo y cepillo sus cabellos de reojo vislumbro el digusto de los hombres a su costado entré su tacto y el de la azabache, nuevamente su ceño se fruncio.
-. ¿ Cuándo comenzaré ?
-. En cuanto te dé un arco podremos practicar.
-. ! Gracias, gracias, gracias ¡
-. Hmp.
Unos pasos a su lado lo hicieron desviar su atención hacía el pelirojo que estaba allí, su mirada incomoda y su olor de incomodidad le dieron inicios de comenzar a desconfiar de ellos, alzo una ceja dandole a entender que tenía su atención.
-. Señor Sesshomaru... Am... Yo... Como decirlo...
-. Habla de una vez.
El hombre temblo ante la frialdad del contrario con la que se dirigio a su persona, trago saliva antes de armarse de valor y afrontarlos, de soslayo vio a sus compañeros estratégicamente reunidos en caso de que tuvieran que tener una confrontación, deseo que eso no pasara, ni ahora ni nunca.
-. ¿ Que intenciones tiene con la pequeña Aome ?
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Corona caída
FanfictionÉl alguna vez fue un rey, pero como dicta la ley "todo lo que sube tiene que bajar". Sesshomaru algunas vez fue un Rey temido y respetado por temor, pero por relaciones cercanas su reinado cae al igual que él. Ella era considerada la reina en su com...