Capitulo 22

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    El ruido de la televisión junto al constante sonido que hacía la bebe con el chupete era algo que nunca creí que fuera música para mis oídos. Me sentía relajado totalmente.
   Tenía su pequeña cabeza apoyada en mi pecho y yo golpeaba suavemente su barriga en forma de calmarla, aunque estaba totalmente calmada.
   Se me hacía imposible creer que un viernes por la noche estaría viendo una película de Disney junto a una linda bebé, me sentía un padre nuevamente. Habíamos pasado a comprar un poco de comida para ella, ya que la niñera me dijo que no la alimento por la noche porque iba a quedarse solo a la tarde. Pise papas y zanahoria, le di de comer, la cambie, jugué un poco con ella hasta que comenzó a dar bostezos y decidí que era hora de acostarnos en la cama. No quería despegarme, me daba un sentimiento de satisfacción que me negaba a dejar.

   Pensar que ahora debería estar muerto.

   Revise por quinta vez mi reloj. Estaba bastante preocupado, no tenía noticias de Lily desde qué le confirmé que ya tenía a su hija en mis manos hacía más de tres horas. Le mande varios mensajes, le dije que podía ir a buscarla. No quería que esté sola en la calle a la una de la mañana.

   Sin embargo, cuando el timbre sonó quince minutos después, mi preocupación terminó al verla parada en la puerta. Lleve a la niña conmigo por seguridad.

   Saludó con la mano a la persona que la había traído en auto, que era uno bastante viejo, y entró a mi casa. Estaba destrozada. Tenía los ojos inyectados en sangre por cansancio, estaba despeinada, con la ropa manchada y un moretón en la rodilla.

-Hola bebé. -Agarró a Isabella de mis brazos y la llenó de besos en la mejilla. -Mamá te extraño demasiado. -Cerró los ojos un segundo oliéndola y luego me miró. -En serio gracias.

-Estás muy cansada. Necesitas dormir. -Acaricié su mejilla.

-Si, ya me voy a casa a descansar.

-Si quieres... pueden quedarse. No hemos terminado de ver Dumbo con Isabella. -De todos modos mi plan ya estaba arruinado.

   Lily accedió con la excusa de que estaba muy cansada y no tenía dinero para el taxi de la vuelta. Le dije que podía tomar un baño y así lo hizo mientras yo dormía a Isa.
   Me balanceé de lado a lado con ella en brazos tarareando una canción de cuna hasta que cerró los ojos, dejando se hacer sonar el chupete con su boca. Su pequeño cuerpo se hizo más pesado hasta quedar totalmente dormida. La sensación de bienestar, paz y ganas de sentir esto todos los días me abrumó m.
   No quería que ella se sienta incómoda. La dejé sobre la cama  y luego de pensarlo un buen rato mirando la cuna fijamente, la limpié y cambié las sábanas llevándola a la habitación de al lado, donde pudiéramos oír a la bebe si lloraba.
   Al dejarla en la cuna no pude evitar llorar mientras la veía. Mi Olivia dormía en esa misma cuna.

   Tuve que eliminar toda mi angustia cuando sentí que Lily salió del baño, le sonreí al verla con mi remera puesta. Se veía como alguien que podría amar toda la vida.

-Que pasó con tu rodilla? -Me agaché frente a ella, que estaba sentada en la esquina de mi cama, somnolienta. Besé sus manos, dándome cuenta que tenía varios cortes.

-Me caí y rompí muchos platos. -Contestó con los ojos cerrados. -Muchos. -Los abrió lentamente para verme y apoyar su frente contra la mía. -Me corté las manos.

-Puedo verlo. -Abrí sus palmas viendo los pequeños cortes. -Te duelen?

-No. Me dolió más tener que pagarlos. -Rió sin gracia y suspiro. -Quiero hablar contigo.

-Tienes que descansar. Mañana podemos hablar.

-Prefiero hablar ahora. -Susurró.

-Bien. Métete en la cama mientras voy al baño y cuando vuelva hablaremos. Si? -Asintió sin abrir los ojos.

   Tarde unos diez minutos mientras me preparaba mentalmente para la charla que tuviéramos que tener. Sabía que ella preguntaría por el testamento o cuáles eran mis intenciones. Iba a decírselo y dejarlo todo en claro, para que no sufra y sepa lo que pasaría mañana.
   Cuando volví estaba completamente dormida. No pude evitar sonreír, por más fuerte que fuera, estaba devastada.

   Levanté sus piernas para sacar la sabana debajo de ella y taparla, apagué la luz, me metí a la cama con ella y besé su frente. La pegué a mi cuerpo acariciándole la espalda y dándole besos en la frente. Olía a mi shampoo.

-No tienes idea lo bien que me haces. -Le susurré. - Tal vez en otra vida pueda encontrarlas a ustedes también. Es la mejor última noche que puedo tener.

   Sorbí mi nariz, el llanto estaba por salir otra vez. Tenía que ser más fuerte que esto. Tenía que hacerlo por mis propios hijos.

-Te amo, Lily.

Para morir bien. // Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora