Capitulo 27

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Lily:
[6:48 am]: Usé quince dólares que había sobre la mesa para pagar el taxi. No quería despertarte. Te los devolveré cuando vuelva.

[6:49 am] PD: Estoy usando las botas solo porque hoy hace mucho frío pero no debería.

[2:03 pm] Lo siento por esto. Si estás despierto; ¿Podrías buscar a Isabella? La dejé con Monica.

[3:21 pm] "Llamada perdida."

[3:37 pm] "Llamada perdida."

[4:01 pm] Llámame cuando puedas.

   Todo eso leí en mi teléfono cuando desperté. Eran casi las cinco. ¿Por qué mierda dormí tanto? Revisé la casa, ella no había vuelto. Así que la llamé, dos veces y no tuve respuesta. Desesperándome y odiándome si es que le había pasado algo y ni estuve para ayudarla.
   Al rato, inquieto, volví a llamarla. Sin respuesta. Finalmente marqué a su trabajo, buscando el número en internet. Ahí me atendió una mujer.

-Buenos tardes, restaurante. ¿En que puedo ayudar?

-Buenos tardes. ¿Estará Lily, por ahí?

-¿Quién habla?

-Soy Harry... su novio. No puedo comunicarme con ella por teléfono y creí que podía contactarla aquí.

-Oh. La llevaron al hospital hace un par de horas, querido.

-¿Perdona? ¿Al hospital?

-Si. Al hospital Newek, está...

-Sé donde está, gracias. -Corté la llamada inmediatamente, apenas me puse los pantalones medio en el aire cuando salí corriendo para el hospital. El auto había quedado tan mal estacionado anoche que me dio vergüenza.

   Me pregunté por qué había elegido un hospital tan alejado del trabajo, por qué estaba en el hospital —principalmente— si ella estaría bien, si Isabella estaría bien. Esperaba que fuera algo tan superficial o tonto y me estuviera desesperando sin razón. Prácticamente tiré el auto en el estacionamiento y corrí a la recepción. La mujer de ahí, con toda la paciencia del mundo, las cuales me dieron ganas de abalanzarme a ella y buscar en la computadora por mis propios medios, me dijo que había salido del hospital hacía aproximadamente media hora. No pudo darme ningún dato de su estado de salud al ser confidencial. Salí de ahí sin nada, más preocupado que antes. Porque ahora no solo no sabía que le había pasado, sino que no sabía dónde estaba. La llamé; no funcionó. Así que conducí hasta su casa, esa pequeña casa en los barrios bajos que hacía bastante no visitaba. La cortina estaba corrida, pero no se veía nadie adentro.

   Toqué la puerta varías veces, rápido y apurado por una respuesta. Monica me abrió la puerta, quedando totalmente sorprendido. Ella tenía a Isabella en brazos, con la cara sucia como cada vez que ella la cuidaba.

-¡Ah! ¡El niño rico apareció! -Dejó la puerta abierta para que pasara mientras se prendía un cigarrillo adentro de la casa de Lily. Me pareció desagradable, porque no era su casa y peor aún, tenía a la bebé en brazos. Se la quité bruscamente, no pareció ofendida. Busqué en la niña algún indicio de que estuviera lastimada, tuviera fiebre, le duela algo pero ella simplemente me mostró sus encías con dos dientes abajo. -¡Fíjate de quedar bonita! No vaya a ser que se te escape tu fuente de poder. -Rió entre tos.

-No deberías fumar adentro si hay un bebé.

-Entonces cuídalo tú. -Desafió. -La chica me debe cien, ¿me lo vas a dar tu o...?

-Cierra la boca, Monica. -Lily apareció apagando la luz de baño. -Ayúdame con esto.

   Me sentí descompuesto cuando la vi. Estaba golpeada en la zona de la boca, su labio inferior hinchado, rojo y cortado. Incluso tenía un punto.

Para morir bien. // Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora