Maratón 2/3
Era viernes. En mi nueva casa.
Me enorgullecía ver que Lily pasaba más tiempo conmigo aquí en mi nuevo hogar sin recuerdos. Que dejara a la bebé a mi cuidado cuando salía a trabajar o hacer algún trámite.
Esta semana de mudanza ella me ayudó en todo, a pesar de que su trabajo le demandaba casi todo el día, cuando volvía se tomaba el tiempo de ordenar conmigo, aconsejarme sobre la decoración o simplemente vernos a los ojos acostados en la cama. Ella estaba cansada. Su cuerpo pedía un descanso mental y físico increíble. Se lo había repetido mil veces, pero según Lily, tenía muchas deudas y una hija que cuidar sola. Sin embargo yo estaba ahí.Estuve en contacto con los padres de mi novia durante toda la semana. Estaban desesperados por una señal de vida de su joven hija y desconocida nieta. Les pedí tiempo. No porque me hubiera arrepentido de la idea de que puedan reencontrarse y acomodar todo el malentendido —que era bastante grande en realidad—. Es que, metiendo varios bocados a lo largo de estos días, noté que no tenía tantas ganas de ver a sus padres como yo creía. Tenía una visión errónea de que sus ellos la habían abandonado y tirado a la basura con una niña en camino. Si tan solo supiera que se habían equivocado.
Al ser viernes, la amiga de Lily la invitó a ella a un bar. Tuve que casi pedirle por favor que vaya para despejarse y pasarla bien aunque sea una noche. Mañana no debía trabajar y era un momento para si misma. Yo cuidaría a Isabella.
En algún momento de la noche, me había quedado dormido con Isa a mi lado, sosteniéndola en la cama. La película de Disney se seguía reproduciendo con los créditos; había finalizado.
Hacerla dormir fue todo un escándalo, hoy estaba raramente estricta con el sueño. No quería estar en la cuna, no quería estar en el coche, ni en mi cama. Isabella quería estar sobre mis brazos, en los cuales hacía balbuceos furiosos dejando de llorar. Creía que extrañaba a su mamá, podía ser una posibilidad. Así que después de darle de comer por obligación —porque tampoco quería eso— dos horas más tarde, varios dibujos animados y canciones de cuna en susurros con balanceos; logré dormirla. Quedándome también profundamente dormido.Las voces en la casa me hicieron levantar, dejando a Isa entre almohadas. Estaba alerta, una parte de mi quería que Lily llegara rápido para saber que estaba a salvo conmigo, otra parte quería que llegue muy tarde por haberse quedado charlando o pasándola bien con sus amigas. Las voces eran de ellas; mi novia y su amiga.
-Dios. Mira esta casa, Lily. Es una mansión.
-Oh, estoy tan ebria. -Me acerqué un poco más al pasillo. No quería oírlas, tenía miedo de que Lily necesite mi ayuda si es que estaba tan ebria.
-¿Él es tan caliente como su casa?
-Él es... muy lindo, si. -Su amiga inhaló sorprendida. -¿Qué?
-Dijiste "lindo" en vez de "caliente". Dime que no estás enamoradísima.
-Claro que no. -Eso dolió.
-Pero te gusta.
-Claro que me gusta. ¿Lo has visto?
-Pero tiene algo... ¿qué es? ¿La tiene pequeña?
-Por favor, cállate.
-Dime que no es eso...
-¡No!
Volví a respirar otra vez. Si escuchaba que decía eso, me sentiría mal cada vez que nos acostemos. Tal vez preferiría no hacerlo más.
-Entonces, ¿qué hay de malo? -Lily suspiró luego de tomar un vaso de agua, otorgándole otro a su compañera.
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Para morir bien. // Harry Styles
Fanfiction"Planeaba devolverle al mundo todo lo que le quité. Lo que yo mismo me había quitado."