Los jadeos de dolor salían de mi boca mientras el médico me acompañaba hasta la puerta del hospital para tomar un taxi. Cada movimiento me dolía, las pisadas se sentían como punzadas horribles en mi cadera. Nunca había experimentado un dolor tan intenso.
-Usted es muy valiente, hombre. -Hablaba el doctor a mi lado, él me había sacado médula para donársela a Morgan.
No podía ni contestarle del dolor en todo mi cuerpo que sentía. Donar médula era un proceso extremadamente lastimoso en todo sentido, y aunque colocaban anestesia local; podía sentirse todo dentro de uno. Para ser sincero, había buscado en internet si era doloroso, en todos los portales ponían que no. Era mentira.
-Debe hacer reposo por lo menos tres días, mañana se encontrará mucho mejor. -Me recordaba mientras ayudaba a subirme al taxi, me sentía muy débil. Me sonrió orgulloso de mi acto y cerró la puerta dejándome con el chofer que se dirigía al motel donde me estaba quedando. No pensaba ir a casa.
Apenas llegué, me acosté en la cama instantáneamente. Todo mi cuerpo pedía a gritos dormir y descansar.
Me concentraba solo en mi respiración exagerada para olvidar la aguja que todavía sentía clavada en la parte trasera de mi cadera. La transpiración me caía a gotas por la frente pero no tenía fuerzas para quitarme la ropa.Me acomodé como pude en la gran cama y una mueca de dolor al levantar mi cadera se formó en mi rostro. Dolía como el mismísimo infierno. Una vez que el horrible y fuerte pinchazo desaparecía lentamente, cerré los ojos en busca de dormir para que el día de mañana al despertarme la molestia desapareciera, pero mi teléfono sonó. Estirar mi mano hasta la mesa junto a la cama provocó más daño y la cómoda postura que había adquirido se arruinó por completo.
-Si? -Contesté conteniendo un grito.
-Señor Styles, digo... Harry. Cómo está? -Preguntó tímida la chica tras la línea.
-Lily... -Me dificultaba hablar pero hacía lo mejor posible para controlar mi pesada respiración y que no se diera cuenta.
-Saqué su número de la tarjeta que me dio y, quería preguntarle si le gustaría venir a cenar esta noche? Como agradecimiento por todo lo que hizo. -No podía contestar, pero no porque no quiera sino porque un horrible dolor se había posado en la parte baja de mi espalda y si emitía algún sonido, gritaría. Lily se dio cuenta de mi silencio, por lo que siguió hablando ella. -Lo siento, sé que es inapropiado y usted debe ser un hombre muy ocupado...
-Lily... -Dije su nombre para que deje de hablar tan apurada por su nerviosismo como lo estaba haciendo. Pero me ignoró y siguió.
-Me dio este número para temas profesionales, realmente lo siento...
-Iré. -Acepté su propuesta con esa única palabra, no podía decir más, el dolor no me lo permitía.
-Oh... -Se sorprendió. -Esta bien, lo esperaré a las nueve. -Escuché una pequeña risa tímida de su parte. -Nos vemos.
-Hasta luego. -Corté la llamada para comenzarme a quejar todo lo que me había guardado durante esa charla.
Verifiqué el horario en mi celular y eran apenas las cinco de la tarde, si tomaba un analgésico ahora tal vez el dolor disminuyera para el horario acordado. Abrí el cajón buscando una pastilla y la tomé con la botella de agua que estaba en la mesa junto a la cama.
Busqué una nueva posición para que el dolor desaparezca y así fue, me relajé completamente mientras esperaba que el comprimido haga efecto.Un par de horas más tardes la molestia seguía ahí pero no era tan insoportable como antes. Lentamente me levanté para bañarme con toda la paciencia y suavidad del mundo, pues un brusco movimiento y todo comenzaría de vuelta. Una vez listo, me cambié con la ropa que había traído al motel, pues ayer luego de volver del hospital cuando me anoté como donante sabía que iba a necesitar estar quieto varias horas por lo que empaqué ropa y la dejé aquí.
Conducir hasta su casa fue una pequeña tortura, el movimiento de pies que tenía que hacer para arrancar el auto me destruía la cadera pero llegue sano y salvo.-Hola. -Abrió la puerta luego de unos segundos de tocar el timbre. Tenía puesto un lindo vestido de flores y su cabello estaba recogido en una media cola.
-Cómo estás? -Pregunté mientras entraba a la cocina que hoy tenía un olor distinto, había olor a pan casero, hogareño.
-Bien, y tu? Cómo estuvo tu día?
-Bastante bien -Comenté aunque verdaderamente mi día se había tratado de quejarme acostado en mi cama por el dolor. -el tuyo?
-Tranquilo, aunque una mujer en el bar decidió enfadarse conmigo porque me equivoqué con su pedido... nunca vi a alguien tan enojado. -Rió contándome sobre su día. -Siéntate. -Me indicó. -Preparé carne.
Con una sonrisa, me senté lentamente en la silla pues tomar asiento era todo un desafío de dolor en mi cadera.
-Estás bien? -Preguntó viéndome con el ceño fruncido como me costaba sentarme, mientras sacaba la comida del horno.
-Si... solo estoy cansado.
-Perdón si te dije que vinieras en mal momento, no quería molestarte... debes tener mucho trabajo. -Decía arrepentida mientras miraba con el ceño fruncido la bandeja en sus manos.
-Lily. -La llamé para que me mirara y así lo hizo. -Me encantó que me hayas invitado, iba a venir de todos modos.
Sin contestar me otorgó una tímida sonrisa y puso los platos de comida en la mesa.
-Espero te guste.
ESTÁS LEYENDO
Para morir bien. // Harry Styles
Fanfiction"Planeaba devolverle al mundo todo lo que le quité. Lo que yo mismo me había quitado."