Esa mañana era un poco fresca pero no fría, era agradable al sentirla sobre la piel. Apenas unos rayos de sol se habían asomado detrás del monte. Se sentía una brisa fresca que entraba por la ventana, haciendo bailar las finas cortinas de color azul de la habitación.
Xóchitl dormía cómodamente entre las almohadas y las colchas. Sentía una paz muy grande, una que hace mucho no recordaba haber tenido desde hace mucho. No es que sus noches no fueran tranquilas. Pero esta se sintió diferente.
La brisa que se logró colar en la habitación, llego al rostro de la joven pelinegra, agitando un poco ese lindo flequillo negro que enmarcaba su rostro.
Una sensación de frio hizo que la joven se acurrucara entre las cobijas, en busca de calor, cuando noto un cuerpo extraño junto a ella, que se aferraba con fuerza a su cintura.
Con un poco de esfuerzo, logro abrir los ojos con lentitud, solo para descubrir que leo dormía plácidamente abrazado a su cintura, recargando la cabeza en su pecho.
Xóchitl sintió como sus mejillas se calentaban por la vergüenza, parecía una cereza roja y madura. No sabía ni dónde meter la cabeza de lo avergonzada que se sentía, más aún al recordar lo que había pasado la noche anterior. En especial la parte del beso que ella le había aceptado.
Quiso zafarse de su agarre, pero la tenía firmemente abrazada. Por más intentos que hizo la indiana, no parecía que el fuera a soltarla. Xóchitl incluso llego a imaginarse que quizás fingía estar dormido.
El sol aun no salía, solo unos cuantos rayos anaranjados que se colaron por la ventana. Imagino que seria las apenas las 7 de la mañana. Se alarmo más al recordar que le tocaba hacer el desayuno, y que si no se apuraba, sus amigos se levantarían y no la encontrarían.
Lo que era más, quizás hablarían del incidente de anoche a teodora. Con la idea de ver a su amiga enojada y gritando como loca, trato de zafarse con más fuerza, ya no le importo si lo despertaba o no.
Al ver que no tenía éxito, y que solo era un gasto de tiempo y energía, con toda su fuerza, se arrastró a una de las orillas de la cama, llevando a leo abrazado a ella.
- ¡Que pesado, ...!, - Susurraba xóchitl. -Tu Sigue comiendo pan, ... Con lo tilico que te ves, uno creería que serias liviano como una maraña de rio, ... -.
- ¿En otras palabras, me dices gordo?, ... -. Pregunto leo sin dejar de abrazar su cintura. - ¿Tienes una pesadilla o algo así?, ... -. Pregunto leo.
Xóchitl, salto del miedo al escuchar su voz, casi cayéndose de la cama. Gracias a que leo la tenía fuertemente abrazada de la cintura, quedo a nada de caer.
- Si quieres te suelto, pero te advierto que el suelo es duro. -. Dijo leo, mientras suavizaba su agarre, amenazando con hacerla caer.
- ¡No,no,no,no,no,no!, ... ¡Calmado!, ¡No te aloques! -. Xóchitl, rápidamente se abrazó de él, al ver lo cerca que estaba de del borde.
Leo rio en voz baja, para luego acercar a la chica una vez más junto a él, recostándose en cama. Ahora para la pobre indiana, la situación era más incómoda, no se podía excusar con que leo estaba borracho.
- Debo irme, ... -. Le dijo xóchitl, tratando de disimular su vergüenza.
- No, ... Aun es muy temprano, ...-. Le contesto leo.
- Es diferente mi situación. Yo debo ir a hacer el desayuno a usted y mis, ... amigos, ... -. Se explicó xóchitl.
- Puedo hacer que sea de noche otra vez si lo deseas, ... Para dormir más me refiero, ...-. Dijo leo.
ESTÁS LEYENDO
_:: Corazones rotos pero unidos::_
RomanceMundo alternativo donde leo, no logro ser rescatado de manos del charro negro. Xochitl y sus amigos, tiene que vivir día a día durante algunos años, la vida de unos sirvientes a manos de su ex- amigo y líder leo. Durante esta travesía, día a día...