El chirriante sonido del agua desbordándose de una olla de barro que hervía en la estufa, era el único que se podía apreciar en la humilde casita de la servidumbre. Xóchitl, ayudada de unos trapos, quito la olla de la estufa y vertió el agua en un plato, mientras colocaba una tela en el mismo, dejando que se impregnara con la infusión de hierbas medicinales.
El olor no era muy agradable, pero si tolerable. Teodora arrugaba la nariz al sentir como ese aroma se hacía más fuerte.
Don andrés le tomaba la mano con fuerza al alebrije, que con miedo veía como su amiga se acercaba, como si de un verdugo se tratara, apunto de hacer cumplir sentencia a un condenado a muerte.
Todo el mundo se encontraba reunido alrededor de la mesa, viendo con curiosidad, miedo y preocupación lo que xóchitl estaba a punto de hacer. En su intento de aminorar el dolor, evaristo le puso a su amigo un trapo en la boca para morder.
Xóchitl solo volteo los ojos por un instante, actuaban como unos niños a punto de ser inyectados. La indiana solo suspiro con resignación y puso manos a la obra. Tras exprimir el trapo impregnado con aquel líquido, comenzó a untarlo en la herida de la cola de su amigo, quien no pudo contener un chillido de dolor.
- ¡PERATE CALMADA!, ¡ESO ARDE UN BUEN! -. Le grito el alebrije.
- No es cierto, ... Lo que te arde es la herida. Esto que te estoy poniendo no lastima. -. Explico la muchacha, tratando de contener la cola del alebrije para que se dejara de mover.
- ¡Prefiero alcohol, una pastillita y ya!, Estaré mejor mañana. -. Tras decir esto, el colorido ser trato de levantarse de su lugar para intentar escapar, pero no alcanzo a dar ni un paso cuando teodora y evaristo lo volvieron a sentar.
- ¡MONTONEROS! -. Grito molesto el alebrije tratando de zafarse.
- ¿Es enserio?, ¡Pareces niño chiquito! -. Le regaño teodora, aferrándose fuerte a su brazo. -. Termina de curarle la cola. ¡Pero apúrale!, ... Que de solo oler eso te juro que me dan ganas de devolver el estómago, ... -. Dijo la española, tratando de contenerse.
- ¡AH NO MI REINA!, ¡NI QUE JUGARAMOS PONLE LA COLA AL BURRO! -. Volvió a gritar el alebrije mientras movía con fuerza la cola, dificultándole el trabajo a Xóchitl, quien trataba de contenerlo, pero resultaba más fuerte de lo que creía.
Don andrés, al ver que nada funcionaba, soltó la mano de su amigo y se acercó a ayudar a xóchitl.
- Si no es por la buena, será por las malas. -. Con un movimiento rápido, y ayudado de su nueva fuerza y agilidad, don andrés sostuvo fuerte la cola del alebrije contra el piso. Por más intentos que el colorido ser hizo, fue inútil quitar a don adres de encima.
- Es tu oportunidad. ¡Rápido, antes de que se vuelva a tomar su segundo aire! -. Le dijo don andrés a xóchitl.
La pelinegra, ayudada de moribunda y finando, se apuraron a desinfectar la herida de su amigo. Estaba roja y morada, pero no del color natural que estaban acostumbrados ver.
La cola es el orgullo de cualquier alebrije, almenos eso era lo que su colorido amigo les había comentado una que otra vez mientras se alistaban por las mañanas para ir a trabajar. El alebrije apretaba los dientes con dolor al principio, pero poco a poco el dolor fue aminorando. Una vez que se relajó, el grupo pudo descansar, al punto de soltar a su amigo.
- Ya quedo, Agradece que no tuve que darte puntadas, ... No la toque hasta mañana, tienes que volver a ponerte esto una vez en la mañana y otra por la noche. -. Le explico xóchitl, mientras los dos hermanitos calavera vendaban con cuidado la herida.
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_:: Corazones rotos pero unidos::_
RomanceMundo alternativo donde leo, no logro ser rescatado de manos del charro negro. Xochitl y sus amigos, tiene que vivir día a día durante algunos años, la vida de unos sirvientes a manos de su ex- amigo y líder leo. Durante esta travesía, día a día...