Los días pasaron lentamente, uno a uno hasta completarse un mes. Intentaban llevar la cuenta de los días que pasaban ahí, el clima no cambiaba mucho en ese lugar, no importaba la época. Probablemente, ya sería el mes de diciembre
Poco a poco, los amigos iban perdiendo la esperanza. Era una gran decepción para ellos, tenían tantas esperanzas en su pequeño plan.
Xóchitl se sentía culpable, sentía que les había dado una falsa esperanza.
Esos últimos días, había estado muy callada, solo hablaba cuando lo creía necesario. En cuanto a lo de su patrón, las cosas se habían enfriado un poco.
Daba las gracias a que todos sus coqueteos, o más bien burlas, se hubieran detenido. De cierta forma, el trabajo duro distraía su mente, a momentos la lectura o las pláticas ayudaba a sobre llevar el encierro.
La tarde era extrañamente fría ese día, quizás el patrón no estaba de humor. Aun así, las labores debían hacerse. Xóchitl tallaba la ropa en el lavadero, hasta que las manos le dolían, no se podía quejar. En esos momentos, todos hacían sus labores, hasta finado y moribunda, aun siendo tan pequeños.
Justo cuando la muchacha había terminado de tender la ropa, un grito la sacó de sus pensamientos.
- ¡Don Andrés!, ¡¿Está bien?! -.
Rápidamente, dejo lo que hacía, y corrió de regreso hacia el patio de la hacienda, encontrando a sus amigos, tratando de ayudar al caballero español a ponerse de pie.
- ¡¿Que paso?! -. Pregunto la muchacha, acercándose a sus amigos para ayudar.
- No es nada, solo me tropecé, ... - Explico el mayor, con una sonrisa en el rostro.
- ¡No es verdad!, ¿Por qué mientes?, No te caíste, ... ¡Te desmayaste! -. Grito Teodora con enojo y desesperación. – ¡Yo vi todo! -.
- Solo es un poco de cansancio, ... No tienes que gritarme. -. Le dijo don Andrés, tratando de ocultar su vergüenza.
Todos ayudaron al hombre, a sentarse en la barda que rodeaba la fuente, para que descansara un poco. Con unas hojas, finado y moribunda empezaron a echarle aire al mayor para refrescarlo un poco, mientras xóchitl lo revisaba. La indiana respiro con alivio al descubrir que estaba bien, a excepción de un pequeño golpe en su brazo, el cual ya tenía una marca roja.
- ¿Y-y bien?, ... - Pregunto temeroso don Andrés.
- Solo es un rasguño, ... Por fortuna, ... -. Contesto la muchacha.
- ¿Y que procede señorita? -. Pregunto el alebrije.
- Le daré algo para que no le duela, y para desinflamar el golpe, ... - Dijo la muchacha, levantándose y dirigiéndose a la casita. – También voy por alcohol y algodón, no tardo. -.
- ¡EY, EY!, ¡Espérate tantito! -. La detuvo el alebrije. – Ya no tenemos alcohol y, ... La única reserva está en él, ... -.
- Si ya lo sé, ... -. Dijo xóchitl, con frustración.
- El sótano, ... -. Dijeron al unísono el grupo de amigos.
- No debería pedírselos, pero, ... ¿Alguien podría bajar allí por el alcohol? -. Pregunto la pelinegra avergonzada, no quería comprometer a nadie, pero ella era la que más bajaba ahí, y para ser honesta, estaba agotada de hacerlo, quería un respiro de ese lugar.
- Perate tantito, ... -. Le dijo Evaristo, mientras hacían un pequeño círculo entre, Teodora, el alebrije, las calaveritas y el mismo Evaristo. – Sale carnales, ... Los que pierdan, bajan al sótano, ... 1,2,3. -.
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_:: Corazones rotos pero unidos::_
RomanceMundo alternativo donde leo, no logro ser rescatado de manos del charro negro. Xochitl y sus amigos, tiene que vivir día a día durante algunos años, la vida de unos sirvientes a manos de su ex- amigo y líder leo. Durante esta travesía, día a día...